La policía impidió una manifestación en Rentería contra la bandera española

La manifestación que la comisión de fiestas de la localidad guipuzcoana de Rentería había convocado para la tarde de ayer en señal de protesta por los violentos acontecimientos del pasado jueves no pudo llevarse a efecto. El fuerte despliegue policial que acordonó el pueblo impidió la marcha. Por su parte, el gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga, que había prohibido la manifestación, declaró a EL PAIS que "pienso garantizar el orden hasta que se acaben las fiestas el próximo lunes".Precisamente ese día, festividad de Santiago Apóstol, patrón de España, la comisión de fiestas de Rentería, piensa celebrar el día de la ikurriña.

Durante todo el día de ayer el pueblo de Rentería aparecía con calma tensa. No se oía música ni charangas, pero tampoco cantos de protesta. Por orden gubernativa, un número incalculable de fuerzas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se dispersó por toda la zona, vigilando cada rincón de la villa. La manifestación prevista para las siete de la tarde no se realizó, pero era evidente la tensión creciente que se respiraba en el pueblo a últimas hora de la tarde ayer.

Las fiestas quedaron definitivamente suspendidas en la noche del pasado viernes al no llegar a un acuerdo el gobernador civil con los partidos políticos y sociedades populares. La última propuesta planteada por éstos contemplaba la retirada de todas las banderas, pero el gobernador civil no aceptó la idea, ya que en su opinión esa decisión debía ser adoptada en pleno de ayuntamiento.

Mientras tanto el gobernador civil de Guipúzcoa declaraba a este periódico que "las fiestas no las hemos interrumpido nosotros; la bandera española tampoco ha interrumpido nada. El grupo de alborotadores que quería impedir que ondease la bandera española no representa a la mayoría de este pueblo, porque está claro que hay dos Renterías".

El comentario de Julen Elgorriaga servía de aval de unas imágenes de Rentería en la madrugada del pasado sábado cuando, al parecer, después de que la condició organizadora decidiera suspender las fiestas, grupos de vecinos continuaban con la juerga.

Transcurridos dos días desde los violentos sucesos en los que más de sesenta policías de paisano y simpatizantes de Herri Batasuna se enfrentaron físicamente, el origen de la tragedia todavía era motivo de debate entre los observadores. Al recordarle al gobernador que los vecinos se indignaron al descubrir a policías camufiados de paisanos, Elgorriaga matiza: "los policías no iban provistos de armas, llevaban porras por si había que intervenir en el caso de que alguien tratara de impedir que ondease la bandera española y también llevaban esposas para detener. De todas formas no entiendo que la presencia de la Policía, en una sociedad democrática se pueda tildar de provocativa. No entiendo en qué país estamos".

Sin embargo, el gobernador civil reconoció que los dos minutos de violenta actuación de los policías nacionales de paisano, cuando se enfrentaron con simpatizantes de Herri Batasuna, están siendo investigados minuciosamente por las autoridades.