La vuelta de Kissinger

( ... ) El presidente Reagan ha tomado una auténtica iniciativa el lunes, captándose la atención nacional e internacional, al nombrar a Henry Kissinger presidente de la comisión para Centroamérica. Kissinger, como se recordará, fue un diplomático que ocupó altos cargos en las Administraciones de Nixon y Ford. En la actualidad es algo diferente: un estadista, un negociador y una personalidad de los medios de comunicación, de talla mundial, una personalidad y una fuerza que produce, casi donde quiera que vaya, una inmensa oleada de controversia y expectación.Ya se oyen pitos procedentes de la izquierda; los críticos de la actual política de Reagan tendrán que sopesar la instantánea sospecha que les producirá el énfasis geopolítico con que se identifica a Kissinger con su reacia apreciación de sus cualidades de vendedor de coches usados. A la derecha, en donde se recuerda (y vilipendia) a Kissinger por su papel en la convención republicana de 1980, así como por su actividad política, puede haber aún más profundos recelos ante el hecho de su primer nombramiento oficial con Reagan. Es muy posible que se le vea como un guerrillero de la política.

A nosotros, el nombramiento nos dice algo sobre la disposición de Reagan a poner el interés nacional por encima de los murmullos ideológicos y burocráticos. Y aún dice más acerca de su desesperación en el tema de Centroamérica, donde no ha logrado poner de acuerdo la geopolítica con los factores locales.

Algunos querrán que la comisión de Kissinger aporte una cobertura de dedicación social y económica a largo plazo para la consecución de una victoria militar a corto plazo. ( ... )

, 20 de julio.