La 69ª Conferencia Internacional del Trabajo clausuró ayer sus trabajos

La 69ª Conferencia Internacional del Trabajo (OIT), oficialmente clausurada ayer, se ha desarrollado este año en un clima de aparente normalidad, si se excluye el intento de los países del Este por controlar la organización y limitar sus competencias en el ámbito de la aplicación de convenios y recomendaciones. Hoy, el consejo de administración de la OIT deberá crear formalmente una comisión de encuesta y designar a las tres personas encargadas de seguir de cerca la evolución socio-laboral en Polonia, país que decidió boicotear la conferencia alegando "ingerencias en los asuntos internos", según las autoridades de Varsovia.Otro tema que también polarizó los debates, por su contenido eminentemente político fue el tradicional proyecto de resolución copatrocinado por los países árabes contra Israel. El texto, sin embargo, no logró prosperar en la plenaria por falta de quorum.

Entre los instrumentos internacionales adoptados por la conferencia, cabe destacar la adopción de un convenio sobre readaptación profesional y empleo de inválidos. En él se subraya la necesidad de asegurar la igualdad de oportunidades y de trato a todas las categorías de personas inválidas, unos 500 millones de individuos en el mundo. El texto insiste, por otra parte, sobre la conveniencia de una mayor y mejor cooperación entre organismos públicos y privados, sindicatos y organizaciones empresariales.