La sociedad y los minusválidos

El minusválido es un ciudadano como usted, y, lo mismo que montones de personas, ha de acudir en múltiples ocasiones a los lugares más diversos, sitios públicos, bancos, etcétera, en los que se le negará el trato adecuado que como cliente que es requiere.Todas las mañanas nos levantamos sabiendo que la jornada puede estar llena de trabajo. Pero nadie puede pensar que un minusválido tenga que gastar inútilmente sus energías y sus nervios ante cosas tan elementales como salir solo de su casa. Realmente, al minusválido español se le hace dificilísima la vida diaria. Y hemos de pensar que ser minusválido lleva al individuo a convertir su vida en un inmenso y agotador gesto de voluntad y coraje. Para colmo, en sus desplazamientos, para los que precisará el empleo de taxis normalmente, para cualquier situación en general, para que le ayuden cuando nadie lo haga por simple y natural humanidad, tendrá que dar propinas a diestro y siniestro si quiere hacer lo que necesita. Y, curiosamente, una persona que va a gastar más dinero que un cliente normal es peor recibido.

La sociedad no entiende al minusválido porque no comprende que sea un ser similar a cualquiera otra persona, con sus mismos sentimientos y deseos, con la misma necesidad de expresión y de cariño que los demás. Y, sin embargo, si la sociedad que le circunda no ha conseguido ahogarle y agotarle relegándole al rincón que le otorga, el minusválido, como persona que ha sentido y vivido un sinfín de problemas en su vida, puede ser esa persona comprensiva que a veces es difícil encontrar./

Minusválida. Miembro de la Asociación de Promoción del Disminuido Físico.