Filtraciones militares y lamentos del Gobierno

El Gobierno ha vuelto a lamentarse en público por algunos acontecimientos relacionados con el 23-F. El viernes, el Ministerio de Defensa difundió una nota oficial de ocho puntos en la que se anunciaba la apertura de un "procedimiento para el esclarecimiento de las supuestas filtraciones y de su indebida difusión".El departamento ministerial que dirige Alberto Oliart se refería a las informaciones sobre la tempestuosa reunión del Consejo Supremo de Justicia Militar que trató de la petición de prisión atenuada cursada por los abogados de varios golpistas condenados a penas menores.

Las deliberaciones del Consejo Supremo de Justicia Militar son secretas y, por tanto, todo lo que allí se decide no ha de trascender al exterior. En esta ocasión, alguien filtró lo que sin duda quería que se filtrase. ¿Por qué? Evidentemente, porque había habido un enfrentamiento entre los miembros del Consejo y porque dos consejeros fueron arrestados, precisamente por enfrentarse de manera insubordinada al presidente en funciones.

Si el desenlace de la reunión hubiese sido del agrado de los que pretendían la prisión atenuada, estamos casi seguros de que no se habrían producido filtraciones. A objetivo cumplido, silencio. A objetivo frustrado, sin embargo, escándalo. No es tan sólo el vulgar derecho al pataleo, sino el montaje tendente a sembrar el caos, la confusión, el apocalipsis.

Como ciudadanos que aspiran a vivir en libertad y en democracia, hay que exigir del Gobierno no sólo que abra investigaciones, sino que las termine. Y que una vez que averigüe la identidad de quienes desvelan los secretos, nos lo diga. Si los que contribuyen a la crispación y tensión de la sociedad observan que el Gobierno va más allá del puro lamento y comprueban que tiene la firmeza necesaria. para reducir a los sembradores de tempestades, es muy probable que en próximas ocasiones se lo piensen dos veces. (...)

20 de junio