Un estudioso del marxismo antes de Cristo

El general Cristino Nicolaides nuevo comandante en jefe del Ejército y miembro de la Junta Militar argentina, está convencido de que el marxismo internacional actuaba ya quinientos años antes de Cristo.Nicolaides, de 57 años, fue designado jefe del Ejército de Tierra por los generales de división, en sustitución de Galtieri, principalmente porque no participó en ningún aspecto clave de la guerra de las Malvinas.

Entre los,cuatro generales más antiguos que podían aspirar al cargo, Nicolaides, perteneciente al arma de ingenieros, era el único que reunía las condiciones autoimpuestas por el cónclave militar para la designación del nuevo comandante en jefe: no haber participado ni en la guerra ni en ninguno de los Gobiernos del régimen militar.

Considerado como un duro, el general Nicolaides pronunció el año pasado en Córdoba, su ciudad natal, un discurso en el que incluyó algunas de sus ideas políticas e hizo un llamamiento a la acción "en este momento en que el monstruo marxista se lanza sobre el mundo y lo encuentra débil e inerme".

Fue en esa ocasión cuando Nicolaides invitó a la concurrencia a la siguiente reflexión: "Debemos pensar que hay una acción comunista-marxista internacional que desde quinientos años antes de Cristo tiene vigencia en el mundo y que gravita en el mundo".

Nicolaides, a quien se considera vinculado a la familia militar que encabeza el general Antonio Domingo Bussi, no parece la figura más adecuada para negociar con los políticos la transición de la dictadura a un régimen civil. Por ello, lo más probable es que suceda a Galtieri sólo como jefe del Ejército, pero no como presidente de la República.

El año pasado, cuando mandaba el tercer cuerpo de Ejército, con sede en Córdoba, el general Nicolaides tuvo un importante enfrentamiento con el partido radical de esa ciudad. Un documento de la Unión Cívica Radical denunciaba que en Argentina "campea la censura, la especulación, el desprecio por el sufragio y las legítimas aspiraciones populares".

Inmediatamente, Nicolaides acusó a los políticos del Partido Rádical de sensacionalistas y demagogos y dijo que su único objetivo era "alterar el orden conquistado por la sangre del pueblo" y les instó a ratificarse en sus declaraciones. Cuando así lo hicieron, el general las transmitió a un tribunal que inició un proceso contra los dirigentes radicales de Córdoba.