Trabajando se muere
Todos los medios de comunicación han coincidido en catalogar el accidente de Lorca (Murcia), ocurrido el 10 de febrero y que causó la muerte a siete trabajadores, como una catástrofe.En el caso que nos ocupa (Lorca), la inhibición de la Administración, unida a la codicia de la patronal, ha motivado la catástrofe de un accidente múltiple que se cobra la vida de siete trabajadores. Estamos ante una catástrofe vaticinada y presentida por los propios trabajadores y sus representantes. Hay constancia clara y precisa de las deficiencias múltiples en seguridad en esta obra. Hay actas de reuniones de trabajadores y empresario en las que los primeros exigen medidas de seguridad. Asimismo existen copias de demandas a la Delegación de Trabajo de Murcia denunciando la existencia de riesgos graves para la salud. Así, pues, tanto la empresa como la Administración conocían el riesgo de derrumbamiento. Ante esto surgen una serie de interrogantes:
¿Por qué la empresa no puso los medios para evitar esta catástrofe? ¿Por qué la Administración, en su doble vertiente -de inspección y de propiedad (Confederación Hidrográfica del Segura)-, no obligó a una realización adecuada de la obra para disminuir y suprimir el riesgo? ¿Cómo es posible que en una obra pública de esta envergadura se emplee una técnica de excavación tan poco segura? ¿Por qué no se ha hecho la sobreexcavación, dada la profundidad de la zanja y en terreno tan poco estable? ¿Cómo no calcular las cargas en los márgenes, y más produciendo vibraciones?
Sólo hay una explicación: desmontar en sobreexcavación hasta llegar a una zanja inferior a cinco metros suponía mover muchos metros más de excavación y más tiempo, lo que se traduce en un mayor coste de la obra. / Responsable de Seguridad e Higiene de la Federación de Construcción y del Sindicato Provincial de CC OO.
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