El eclipse de Luna

El motivo de mi carta es realizar una serie de puntualizaciones sobre dos informaciones del eclipse total lunar, visible en España el día 9 de enero de 1982, que aparecieron en este diario con fechas de 9 y 12 de enero de 1982, respectivamente.

1. En cuanto a la información aparecida el día 9, firmada por Manuel Toharia, le tengo que comunicar lo siguiente:

a) Los eclipses totales lunares, aunque no tienen la importancia científica de los totales de Sol, la tienen porque los astrónomos (profesionales o aficionados) podemos hacer, entre otros, los siguientes trabajos científicos:

- Tiempos de contacto de los momentos en que comienza la totalidad y termina (que ya están predichos, pero sujetos a márgenes de error).

- Grado de oscuridad del eclipse (ya que todos los eclipses totales no son de la misma intensidad).

- Ocultaciones estelares lunares (importantes porque, por ejemplo, los anillos del planeta Urano fueron descubiertos por medio de la observación de una ocultación estelar de este planeta). En el caso de la Luna ayudan a conocer, todavía con más detalle y exactitud, los movimientos tan complicados del sistema Tierra-Luna.

2. En cuanto a la información a pie de fotografía del eclipse aparecida el día 12:

a) Los eclipses totales lunares son observados por astrónomos, no astrólogos; esta confusión, por desgracia, es un hecho normal en la vida corriente, ya que a los astrónomos nos confunden frecuentemente con los astrólogos.

b) Los eclipses totales lunares son unos fenómenos celestes normales que ocurren únicamente a las pocas horas del momento en el cual la Luna esté en su fase de llena.

c) Los astrologuillos usan estos fenómenos y otros para atemoizar al público en general (como, por ejemplo, la conjunción planetaria que sucederá a principios de marzo próximo, y que no es tal conjunción, porque los planetas tendrán una longitud heliocéntrica de 95 grados el día 10 de marzo, no estando, por tanto, verdaderamente alineados, que sería una longitud heliocéntríca de cero grados) y beneficiarse a título particular. Al César lo que es del César: los astrónomos, a observar el cielo y estudiar los cuerpos y fenómenos celestes, y los astrólogos, a sus influencias planetarias./