Una licenciada en Químicas, en paro profesional, aspirante a una de las plazas

"He decidido presentarme porque me llamó la atención el puesto. Ahora espero ilusionada que me acepten, porque me parece uno de los trabajos más bonitos que se pueden realizar", dice María Jesús Agüero Ortega, madrileña, de veinticinco años, quien se licenció en Ciencias Químicas en septiembre del año pasado y una de las cuatro candidatas a convertirse en oficial de la Policía Municipal madrileña."Tengo gran ilusión en trabajar en la Policía Municipal por la responsabilidad que supone una ocupación de esta clase, y no siento ninguna frustración profesional por no haber tenido la oportunidad de ejercer mi carrera. "Si quieres", prosigue María Jesús Agüero, "supone un doble desafío, por cuanto es un trabajo que desconozco y que me apetece mucho desempeñar. De todas formas, desde que terminé la carrera he intentado encontrar una ocupación acorde con mi especialidad y, por la lógica falta de experiencia -su único trabajo se ha limitado a las clases particulares-, me han rechazado. Ya llegas a un punto en el que te planteas que si realmente quieres hacer algo tienes que olvidarte de tu carrera.

Lo de ser oficial de la Policía Municipal se le ocurrió cuando un amigo de la casa le informó de estas oposiciones. "Lo hablé con mi novio y a él le parecía bien la idea. En casa mis padres están muy contentos -no hay en su familia ningún otro antecedente-, y a mí la verdad es que me hace mucha ilusión".

Esta candidata a integrarse en el mando de la Policía Municipal no cree que los hombres que se presenten tengan más ventajas que las mujeres. "Intelectualmente, por supuesto que no hay diferencias. Y respecto a las pruebas físicas (cuerda, balón, carreras y natación), tampoco pienso que ellos reúnan más cualidades, porque eso depende de la preparación física de cada cual".