Peter Gimbel,

jefe del equipo de buceadores que intentaba rescatar las cajas fuertes que se encuentran entre los restos del transatlántico Andrea Doria, hundido frente a la costa norteamericana hace veinticinco años, ha tenido que abandonar, por el momento, la operación debido a dificultades económicas. La expedición solo logró rescatar la caja fuerte italiana que portaba el barco, en la que se cree se encuentran valores en dinero y joyas cercanos al millón de dólares. Otro de los objetivos de los buceadores era el análisis in situ de los motivos del hundimiento tan rápido sufrido por el lujoso transatlántico. Según los expedicionarios, la brecha abierta en la línea de flotación, como consecuencia del choque con el vapor sueco Estocolmo, es tan larga y profunda que la existencia de más compartimientos estancos, como se había apuntado, no habría impedido el rápido hundimiento.