El escritor Juan Cueto

consiguió la huida de dos ladrones que pretendían robar en su casa al advertirles que estaba dispuesto a matarles con una pistola que no tenía, informa José Manuel Vaquero. En la noche del jueves al viernes, Cueto, que se encontraba durmiendo en el piso de arriba de su chalé en Gijón, situado en el barrio residencial de Somio, escuchó fuertes ruidos en la planta de abajo. Al percatarse de que había personas en su interior, que parecían buscar algo mientras mantenían las luces apagadas, optó por sorprenderles con grandes gritos y amenazas. Los ladrones, asustados, se lanzaron primero sobre la vidriera de una puerta y, posteriormente, consiguieron salir por una ventana dejando tras de sí rastros de sangre, como consecuencia de las heridas sufridas al chocar con los cristales que rompieron. La policía llegó rápidamente y les descubrió en la casa de socorro de Gijón. Se trata de dos delincuentes habituales, de trece y treinta años de edad, que pensaban que la casa se encontraba vacía. Uno de ellos se lamentó en comisaría del excesivo número de libros de Juan Cueto, en contraste con la ausencia de las joyas y el dinero que buscaban.