Xabier Arzallus resta importancia al paro de los ayuntamientos peneuvistas

Entre la ronda de conversaciones con partidos políticos vascos mantenida ayer por Adolfo Suárez en Vitoria, había una que era esperada con especial interés, dado el clima de tensión y nerviosismo que en la representación oficial -y aseguran que en el propio palacio de Ajuria-Enea- había producido la actitud de 108 alcaldes peneuvistas de paralizar las actividades de sus ayuntamientos en protesta por la visita del presidente, cuando todavía no han sido aprobados los conciertos económicos. El encuentro Suárez-Arzallus se presentía «caliente».Sin embargo, tras su entrevista de más de media hora con Adolfo Suárez, Xabier Arzallus quitaba «hierro» al asunto y comentaba: «Yo conozco al presidente desde hace tiempo. No ha habido que romper ningun hielo. Es simpático y no ha habido necesidad de hacer cambalaches para entrar en conversación».

Trató en todo momento Arzallus de quitar importancia a la contestación de los ayuntamientos nacionalistas, «de la que», afirmó, «no sabía previamente de su existencia y de la que me enteré cuando estaba en marcha». Xabier Arzallus explicó en este sentido a EL PAIS que la decisión partió de tres alcaldes de Guipúzcoa, «que con llamadas fueron movilizando a otros ayuntamientos de la provincia de Vizcaya».

Rechazó la valoración de «chantaje» que se había hecho a la contestación municipalista y la calificó de «manifestación del malestar de los ayuntamientos». «Puedo decir», añadió, «que nosotros estamos conteniendo y no fomentando la protesta. En ese sentido, no hemos dicho ninguna palabra antes del viaje para evitar que precisamente puedan pensar que estamos preparando cosas que pudieran parecer un chantaje, nada más lejos de nuestra intención».

«Lo que tal vez no se mide es la situación de los ayuntamientos y lo que supone para ellos la existencia de unos conciertos económicos por los que Euskadi ha regulado su hacienda autónoma. Ellos esperan que con los conciertos se produzca una regulación interna dentro del País Vasco, para que los ayuntamientos puedan contar con una autonomía financiera sin la cual tampoco van a tener poder de gestión. Por ello, es lógico que estén impacientes y hayan querido hacer más de lo que han hecho».

Tras afirmar que la negociación de los conciertos económicos «va lenta», Arzallus recordó cómo hace cuatro años, en el hotel Carlton, de Bilbao, «recién salidos del agujero de la clandestinidad », le decía a Rodolfo Martín Villa que la restauración de los conciertos económicos «era tema prioritario por razones políticas y no solo económicas»