Hernández Palacios recrea en "comic" el tema de Roncesvalles

La Editorial lkusager, de Vitoria, presentó el pasado martes, en un hotel madrileño, el libro Roncesvalles, con textos y dibujos de Antonio Hernández Palacios, dentro de la colección de libros de comics «Imágenes de la historia», donde el dibujante ha publicado en los últimos meses Eloy y Río Manzanares, sobre hechos de la guerra civil española.En el acto intervino Ernesto Santolaya, por parte de la editorial, para señalar la intención de publicar libros de comics de contenido histórico que reúnan el valor artístico con el rigor científico, documentación y, análisis histórico que no excluya la fantasía y creatividad de los artistas, «libros que aguanten la lectura del erudito y al mismo tiempo la visión amena, donde se unifique la creación artística y la creación histórica».

A continuación habló José María Jimeno Jurio, investigador autodidacta, especialista en el tema de Roncesvalles, que también escribe el prólogo del libro. Durante su intervención, expuso la resonancia universal del nombre de Roncesvalles como fenómeno histórico y, sobre todo, literario. Recordó las emboscadas que sufren Carlomagno, en el año 777, y, Ludovico Pío, en el 812, con lo que se inicia la acumulación de interrogantes e incógnitas que todavía plantea el tema de Roncesvalles, desde el protagonismo de los vascones hasta el lugar exacto de la batalla.

«No sabemos apenas nada del hecho de Roncesvalles», añadió José María Jimeno. «Si la historia se limitara a la comprobación de los datos precisos, no hubieran existido las canciones de Roldán ni la riqueza inmensa de la poesía épica universal».

En su opinión, el Roncesvalles poético y literario es más importante que el histórico. «Hernández Palacios ha recreado una obra inmortal, recogiendo minuciosamente detalles de leyendas antiguas, con rigor histórico y, sobre todo, con una recreación poética donde introduce un elemento nuevo: hace protagonista al pueblo en su paisaje natural, con una gran fidelidad al marco geográfico donde se desarrolló el hecho histórico. Ofrece con el lenguaje de nuestro siglo el canto épico y la tradición de un hecho que ocurrió hace 1.200 años. Al margen de ese asombro que me produce contemplar las páginas dibujadas por Palacios, y la magnitud dramática de este cantar épico en imágenes, quiero resaltar que ha sabido, además, captar el alma de nuestro pueblo vasco».