Desencanto en Argentina tras la oferta de Videla

Desencanto y estupor son los vocablos que mejor resumen las reacciones producidas en la maniatada clase política argentina por el esperado discurso del general Jorge Rafael Vidella, presidente de la República, en torno a la articulación del «diálogo político» con el que las autoridades militares de aquel país pretenden «normalizar» la vida institucional argentina.Los párrafos más criticados de la intervención radiotelevisada de Videla son los que se refieren a las numerosas exclusiones que el mandatario formuló para participar en el referido diálogo. Además de los «corruptos, subversivos y populistas» que han recibido desde el golpe de Estado de 1976 la dureza de la represión oficial, el presidente señaló que no intervendrán en aquél todos aquellos que «quieran sustentar ideologías incompatibles con nuestro estilo de vida nacional». Tal afirmación permitirá, según los observadores, marginar de su proyecto a todos los argentinos que no compartan los planteamientos de las fuerzas armadas.