El dinero del fútbol, bajo control oficial

La Federación Española realiza en estos momentos las gestiones correspondientes para que los presupuestos y balances económicos de los clubs de fútbol se ajusten a las normas del plan nacional de contabilidad. De esta forma se pretende dar mayor veracidad a todas las operaciones económicas de los clubs y que los socios puedan tener la seguridad de que las anotaciones correspondan a la realidad. La Federación gestiona este asunto con el Instituto de Planificación Contable y el de Censores Jurados de Cuentas.El vicepresidente adjunto a la presidencia de la Federación para asuntos económicos, Gregorio Paunero, y el administrador general del organismo federativo, Alfredo Robles, han celebrado ya, hace pocas fechas, dos reuniones con altos directivos de los institutos de Planificación Contable y de Censores Jurados de Cuentas.

La Federación Española, con estas gestiones, pretende que las normas que dictó a principio de esta temporada, y que fueron aprobadas en asamblea general, sobre la regulación económica de los clubs, sean visadas y planificadas por esos dos institutos. La finalidad de esta decisión es proporcionar la mayor credibilidad posible y eficacia a las medidas federativas. La regulación económica de los clubs establece que éstos deberán remitir a la Federación, cada tres meses, los resultados y la situación actual de sus balances. Pese a que todos los clubs se comprometieron a ello, al ser aprobado por unanimidad por todos, solamente un número muy reducido de ellos han remitido a la Federación Española los balances correspondientes. La Federación Española, por otra parte, no puede hacer nada por exigir tales balances, y se ha de limitar a un papel de mero aconsejador.

Si los clubs deciden ajustar sus presupuestos y balances económicos a las normas del plan nacional de contabilidad, deberán contabilizar sus operaciones a la vista de la totalidad de los justificantes que puedan aportar y de acuerdo con apartados de grupos de gastos que servirán para una mayor verificación de las operaciones. Los clubs, de esta forma, deberán adquirir una mayor responsabilidad de la que actualmente tienen, en que prácticamente es nula, sobre todo por parte de los directivos, quienes hacen y deshacen a su antojo con el dinero de los socios y del que nadie les exige cuentas.

Todos estos planes están previstos de forma indicativa, es decir, no serán obligatorios. Pero la prueba será concluyente para los clubs que acepten estas medidas, y sobre todo para aquellos que se opongan.

Una vez que finalicen los contactos entre la Federación y los institutos de Planificación Contable y de Censores Jurados de Cuentas, se establecerán unas conclusiones definitivas. Estas conclusiones serán publicadas, por orden ministerial de Hacienda, en el Boletín Oficial del Estado. Se asegura que la próxima temporada ya entrarán en vigor estas medidas.

Se confía, por otra parte, que estas medidas sean bastante más efectivas, por ejemplo, que las que pueda adoptar el Comité de Competición para penalizar las posibles «primas a terceros». El dinero que se pueda invertir en este concepto deberá quedar reflejado en alguna operación, que deberá tener su correspondiente justificante. De todos modos, cabe que esta sea la única posibilidad que haya para controlar lo que hasta ahora es incontrolable por los propios interesados, que gente responsable y ajena al fútbol, con criterios objetivos y concretos, se comprometa a poner luz.