Las idas y venidas de Canorea

Con independencia del plan de ayuda a la ganadería de bravo, de enorme trascendencia para la fiesta, hay un menudeo de aconteceres en este mundillo -ha fallecido Luis Millán El Teruel, matador de toros;. Maribel Atiénzar será apoderada por Camará, la subasta de Huelva, etcétera-, ninguno de los cuales puede tener la misma resonancia que cualquier tipo de decisión sobre el año taurino en Las Ventas por la influencia que este coso, el primero del mundo, tiene en todo el espectáculo.Lo que sucede es que tales decisiones no se producen. El nuevo empresario, Diodoro Canorea, en sus idas y venidas Sevilla- Madrid-Sevilla, declara a diestro y siniestro que todo se andará o todo está arreglado, pero no concreta nada. Entre todo y nada hay un amplísimo campo de posibilidades. Y entre ellas, la duda. Por terceras personas sabemos que proyecta iniciar la temporada madrileña el 18 de marzo. Ojo ahí, pues su contrato con la diputación le obliga a empezar, «no después del 15 de marzo», y podría incurrir en incumplimiento, con riesgo inmediato de perder la plaza, pues así lo prevé el pliego de condiciones.

A no ser que el retraso haya sido autorizado por la propia Diputación, en cuyo caso ésta deberá explicar las razones.

A veinte días del 15 de marzo -dieciséis, si nos referimos al último domingo que entra en el plazo-, sólo sabemos que «todo está resuelto», pues Canorea lo dice, pero no cómo. Es comprensible que ande muy atareado ahora, pero no queremos ni pensar que su actitud de reserva, cuando no de finta, sea muestra de una futura política de silencios alternados con barullo. Repitamos una vez más a coro: «Que Madrid no es Sevilla, que Madrid no es Sevilla, que...»