Posible infiltración de las Brigadas Rojas en puntos clave del Estado

Los medios políticos italianos consideran necesaria y urgente una investigación a fondo sobre las posibles connivencias e infiltraciones de las Brigadas Rojas en centros neurálgicos del Estado. Tras cada golpe de esta organización terrorista, los observadores se interrogan si las BR poseen espías en los Ministerios de Justicia, Interior, Asuntos Exteriores e incluso en la policía.En los mismos medios se afirma que «es imposible que los brigadistas no sólo conocieran la vida y milagros de personajes casi desconocidos, sino que, además, estaban al corriente de cosas consideradas secretísimas». Estas sospechas han dejado paso a la certeza tras los dos últimos asesinatos: el del juez Tartaglione en Roma y el del médico-penalista Paolella en Nápoles.

Sólo a través de los comunicados en los que se reivindicaron tales atentados, la opinión pública e incluso compañeros de trabajo de estas dos personas han podido enterarse de aspectos de la vida de los asesinados que ni siquiera imaginaban. Ahora se ha sabido que ambos eran muy amigos, que trabajaban directamente con el ministro de Justicia en problemas relativos al terrorismo y a las cárceles.

Al parecer, los terroristas tenían conocimiento de que el juez asesinado en Roma había realizado una investigación para tratar de descubrir a una persona infiltrada por las Brigadas Rojas en el Ministerio de Justicia; Tartaglione había confiado a su hermana: «Me he dado cuenta de que existe un traidor en el Ministerio. Las Brigadas Rojas han colocado sus prosélitos en las arterias del corazón del Estado.» Al parecer el juez habla conseguido identificar al espía y había comunicado su identidad a su amigo, el médico-penalista Paolella, asesinado en Nápoles veinticuatro horas después de Tartaglione.

Por otro lado, Tartaglione fue llamado urgentemente a Milán, días atrás, para que examinase el material capturado por la policía a las Brigadas Rojas. Apenas regresó a Roma pidió una entrevista con el ministro del Interior que nunca llegó a realizarse.

Cuando fue detenido Corrado Alunni en Milán, la noticia fue divulgada a la prensa contra la voluntad de la policía y del mismo ministro del Interior. ¿Quién informó a la prensa? Por otro lado, ahora se afirma que el general Carlo Alberto dalla Chiesa hubiese capturado al jefe de la sección romana de las Brigadas Rojas, Mario Moretti, en la operación en Milán si los terroristas no hubiesen sido advertidos con antelación de que se iba a producir la redada. De hecho la operación podía haber sido mucho más importante.