El Congreso del PCE

«(...) En un mitin en Sevilla, la recomendación del cuartel general del partido en Madrid de abandonar la doctrina del leninismo y su sustitución por un marxismo revolucionario fue aprobada sin la menor duda. Si los conflictos doctrinales no son importantes para los andaluces, no es igual en el resto de España, donde los veteranos comunistas riñen batallas verbales.(...) En el pasado, la discusión sobre la ortodoxia llevaba a la pura y a la excomunión (...)

Pero la querella para suavizar la agresividad ideológica del comunismo ha provocado expulsiones y dimisiones en todo el país.

(...) Un año después de su legalización, el partido de Carrillo sufre una división interior como nunca ha tenido desde 1968. Pero Carrillo no está todavía preocupado. (...)

Más hereje que sus camaradas Berlinguer y Marcháis, Carrillo ha renunciado públicamente al leninismo. Ha sido objeto de los ataques de Moscú y de sus camaradas y sus discursos en el Parlamento demuestran que es el más firme aliado de Suárez y del Partido Unión de Centro. (...)

En Málaga, veintitrés miembros del partido fueron expulsados por denunciar en la prensa local, alegando que las elecciones regionales del partido habían sido falsificadas. (...)

En Madrid. la mitad de los delegados en un mitin provincial votaron en contra, o se abstuvieron, una propuesta para aumentar el número de miembros del comité provincial. (...)

Carrillo parece contento con la situación interna del Partido Comunista español, pese a las querellas. El hecho de que esas discusiones saliesen a la luz pública es, después de todo, una demostración de la creciente democracia interna del partido. (...)

No hay duda de que la línea eurocomunista saldrá vencedora en el Congreso del Partido y que los disidentes se someterán a la disciplina del partido o irán a ingresar las filas de la extrema izquierda minoritaria. (...)

La política de consenso no sólo ha aumentado la respetabilidad de Carrillo a los ojos del público español, sino que también ha erosionado el apoyo de la derecha al primer ministro Suárez.

18 abril