Nuevas negociaciones sobre el "contrato social" británico

Las bases para la tercera fase del «contrato social», que garantiza las buenas relaciones entre el Gobierno laborista y los sindicatos, comenzarán a discutirse hoy. El principal aspecto de las negociaciones se centra en la aprobación por parte sindical de una renovación de las restricciones salariales vigentes en el marco de aquel acuerdo. Va a serle difícil al ministro de Hacienda, que es el que dirige la facción gubernamental en estas conversaciones, convencer a los líderes sindicales más militantes que en efecto el país necesita seguir congelando los salarios.No se han fijado límites de antemano, ni hay ningún compromiso previo sobre ninguna cifra. Las posibilidades son numerosas, aunque ninguna contempla el 34% de aumento anual que ha pedido Clive Jenkins, un líder sindical que dice.que sus representados se opondrán al «Contrato social» porque consideran que ese acuerdo táctico conducirá al país a un índice de paro cercano al 10% a finales de este mismo año. Gran Bretaña vive en una recesión permanente, dice Jenkins, que afirma que «el moribundo.contrato social no salva al país de esa situación».
Para aliviar las tensiones que inevitablemente han aparecido entre sindicatos y Gobierno en esta etapa de renegociación, la Administración ha dejado entender que realmente lo que se propone en e sta nueva fase es «una vuelta ordenada a los tiempos de la negociación libre de convenios colectivos». Con esa esperanza, el Sindicato de Profesores ha aprobado por gran mayoría el apoyo a la renovación del «contrato social» y otros Trade Unions harán lo mismo.
Junto con las implicaciones, políticas que esta negociaciones van a tener para el futuro inmediato de la Administración laborista, hay un aspecto que las hace históricamente interesantes. Son las últimas conversaciones de alto nivel que mantiene con «su» Gobierno uno de los sindicalistas más leales al laborismo, y uno de los hombres más poderosos de este país: Jack Jones, el ex soldado de las Brigadas Internacionales que dirige en el Reino Unido el Sindicató General de Trabajadores, con más de millón y medio de afiliados.
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