España se gana las Finales de Zhenzhen

Apelaban la nueva capitana y las jugadoras al colectivo para superar una prueba de altura, la de superar a una potencia como la República Checa y además en su casa, Ostrava, sobre pista rápida y a cubierto. Y el resultado salió a pedir de boca. Si la puesta de largo del viernes frente a Brasil fue positiva (2-0), la resolución de este sábado contra la anfitriona (2-1) dejó un poso inmejorable, con un billete para el equipo español ya en el bolsillo. Una vez apeadas las sudamericanas, el bloque de Carla Suárez se impuso en la serie decisiva gracias a los triunfos de Cristina Bucsa (7-5 y 6-1, en 1h 43m) y, de nuevo, Jessica Bouzas (6-4 y 6-2, en 1h 29m). Más que grata la presentación de esta última en una competición que demanda de personalidad y de pasión, y de ambas cosas hizo gala la gallega, enchufada el viernes y también en esta segunda jornada. España, por tanto, se codeará del 16 al 21 de septiembre con las otras siete selecciones en la fase final de la Billie Jean King Cup.

Suárez se estrena en el cargo a lo grande, con un logro de mérito y habiéndole dado empaque en muy poco tiempo a un elenco que echaba de menos a Paula Badosa. Sin embargo, a falta de la actual referencia emergió el orgullo grupal y la refrescante (y sorprendente) aportación de Bouzas, que firmó un dos de dos ante adversarias con un ranking superior. Pudo el primer día con la experimentada Beatriz Haddad Maia (17ª) y el segundo con Noskova (33ª), frustrada de principio a fin. No le dejó crecer la pontevedresa en todo el partido y terminó inclinándose en el punto que concedió el pase definitivo a las españolas. Antes, Suárez había movido ficha y apostado por Bucsa para la apertura del día en vez de hacerlo por Sorribes, que la jornada anterior había dado el primer golpe, pero que compite con frecuencia con Bouzkova (58ª) en el formato de dobles. Demasiadas pistas, tal vez. Así que jugada maestra. Touché. Bucsa (94ª) respondió con creces y despejó la ruta que abrió la tarde previa la valenciana.

Con fe y sin arrugarse, una y otra se agrandaron. “Estoy muy contenta, pero no solo por cómo he jugado y por cómo he afrontado el partido, sino por el hecho de estar aquí y el haberlo hecho tan bien, por ver la felicidad de todo el equipo. Ha sido una semana buenísima, hemos ido todas a una”, destacó Bouzas, de 22 años y destinada a asentarse en las filas del equipo español. Su evolución dio un giro decisivo el curso pasado con dos triunfos muy importantes: primero contra Badosa en la Caja Mágica de Madrid, y luego contra Marketa Vondrousova en La Catedral de Londres, donde la checa defendía el título. A partir de ahí, su progresión le ha llevado estar cerca de traspasar la barrera del top-50; hoy día es la 69ª del mundo y de aquí en adelante, seguramente se convierta en un activo indispensable para la nueva entrenadora por perseverancia, actitud y ahora, porque así lo ha demostrado, fiabilidad en el rendimiento. En términos de confianza, pasó la prueba con nota.

“Eran dos eliminatorias muy complicadas, pero las chicas han rendido y lo han disfrutado”, señaló Suárez. “El nivel que han dado ha sido brutal, sobre todo teniendo en cuenta el poco tiempo que hemos tenido para adaptarnos a las condiciones. Ser capitana de estas jugadoras es muy sencillo, te lo ponen muy fácil”, agregó. Bucsa, por su parte, incidió en que su debut del día anterior, en el dobles, le aportó la seguridad que necesitaba. “Buzkova no da una sola bola por perdida, las lucha todas, pero he podido hacer mi juego y me ha salido bien”, indicó la tenista de Torrelavega. Este fin de semana también ha supuesto la primera aparición de Guiomar Maristany e Yvonne Cavalle, quienes cedieron ante Tereza Valentova y Dominika Salkova (6-2 y 7-5, en 1h 20m) cuando todo estaba resuelto. Sin trascendencia alguna. España viajará en septiembre a China con el depósito cargado para participar de la fiesta final de las ocho.