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Mundial de Clubes - Grupo a - jornada 2
Inter Miami CF
Inter Miami CF
Telasco Segovia 46'Messi 54'
2 1
Finalizado
Oporto
Oporto
Samu Aghehowa 8'

La genialidad de Leo Messi todavía gobierna y gana partidos en un Mundial de Clubes

La inteligencia del argentino, autor del 2-1 de falta del Inter Miami, sentencia a un Oporto raquítico

Lionel Messi marca de falta el segundo gol del Inter Miami ante el Oporto.
Lorenzo Calonge

El Inter Miami, con Leo Messi, Sergio Busquets, Luis Suárez, Jordi Alba y la dirección de Javier Mascherano, es el reducto de la nostalgia en un torneo que intenta conquistar el futuro con millones. Lo raro en el business americano es que el equipo no se llame ya de forma oficial el Inter de Leo Messi. Sería lo justo, también por influencia e inteligencia futbolística, como demostró contra el Oporto. La Pulga, andando, sigue siendo el más lúcido de la reunión de viejas glorias y más en un partido a un ritmo bajo como el de este jueves. Hace y deshace porque es Leo y porque conserva la chispa y el nervio competitivo, la gasolina que alimenta su genio innato.

IMIInter Miami CF
Inter Miami CF
2
Ustari, Noah Allen, Ian Fray, Maximiliano Falcón, Marcelo Weigandt (Tomás Avilés, min. 63), Telasco Segovia (Federico Redondo, min. 71), Busquets, Benjamín Cremaschi, Tadeo Allende, Luis Suárez y Messi
OPO Oporto
1
Oporto
Claudio, Marcano (Deniz Gül, min. 86), Martim Fernandes, Zé Pedro, Joao Mario, Alan Varela, Francisco Moura, Fabio Daniel Vieira, Samu Aghehowa, Gabriel Veiga (Stephen Eustáquio, min. 59) y Rodrigo Mora
Goles 0-1 min. 8: Samu Aghehowa. 1-1 min. 46: Telasco Segovia. 2-1 min. 54: Messi.
Árbitro Cristian Garay

La inteligencia y el pie, a diferencia de los músculos, no envejecen y el argentino, a una semana de cumplir los 38 años, gobernó la tarde estadounidense como quiso desde su atalaya, el azote de un Oporto en los huesos. Organizó, repartió, goleó y ganó a un pobre oponente que pensó que vencería con servicios mínimos y ahora se encuentra contra la pared. Con un punto en la clasificación, ni siquiera una victoria en la última jornada ante el Al Ahly egipcio asegura el pase a los portugueses porque un empate entre el Palmeiras y el Inter Miami, ahora con cuatro, metería a ambos en octavos.

La tarde remember no concitó gran expectación en Atlanta, cuyo último anfiteatro ni se abrió y en el resto del estadio quedaron unos cuantos claros. Si Messi apareció chispeante, Luis Suárez mostró que lleva los 38 años y medio tatuados en las piernas. Su socio argentino lo colocó delante del portero Claudio Ramos y el uruguayo definió ofuscado al bulto. Con todo, lo peor fue su movimiento pesado.

Para entonces, ya ganaba el Oporto, beneficiado por un penalti del VAR del lateral izquierdo Noah Allen a João Mario. Muy inocente. A Ustari, que está a punto de los 39 años, no le faltó mucho para detener el lanzamiento de Samu Omorodion. Era el Inter Miami de Messi y Ustari, autor de un par de intervenciones de mucho valor en la primera mitad, una de ellas a Samu, que se arrancó como una manada desde el centro del campo. También Claudio Ramos en el otro lado le sacó un buen pie a Cremaschi, pero entonces pesaba más la amenaza lusa, que se fue al descanso con un tiro al palo de Alan Varela.

Al Oporto le embargó una falsa sensación de superioridad, pensó que el triunfo caería por decantación, sin grandes esfuerzos, pero su desconexión a la vuelta del intermedio tuvo consecuencias fatales para sus intereses. Al otro lado estaba Messi.

El joven venezolano Telasco Segovia empató ante la pasividad portuguesa y, de inmediato, Suárez y Messi se fabricaron una falta en la frontal que fue el origen del 2-1. ¿Cuántas ha metido La Pulga desde ahí en su carrera? Y si el meta Claudio Ramos le enseña el hueco, más todavía. Messi la puso donde todo el mundo sabía que la iba a colocar. Otra vez. Fue su tanto número 50 en Miami, la foto de una noche que mostró cómo el argentino se sigue bastando para sentenciar partidos por pura inteligencia si se cruza con rivales que le dejan maniobrar.

Entonces surgió Busquets, que ordenó la pelota como quiso frente a un Oporto que solo espabiló en un amago de carga final. Tuvo Samu un cabezazo, pero poco más. Ganó el Inter de Leo de Messi, un mito que aún reclama su sitio.

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Sobre la firma

Lorenzo Calonge
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Desde 2018, en la sección de Deportes de EL PAÍS y desde 2020, en la información del Real Madrid. También cubro balonmano.

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