Unión St-Gilloise, el último pelotazo del ‘big data’ y la IA
El rival del Atlético es propiedad del millonario matemático inglés Tony Bloom y ganó la liga de Bélgica después de 90 años con el uso de algoritmos secretos para fichar


David Hubert, el entrenador del campeón belga Union St-Gilloise, se retrepa sobre su asiento en la sala de prensa del Metropolitano. Tiene 37 años y solo lleva cinco partidos al frente del conjunto más peculiar de esta Champions League. Su dueño, el matemático inglés Tony Bloom, aunque ahora diluido en el accionariado para no incumplir la normativa de multipropiedad de clubes de la UEFA, hizo fortuna con el póquer y las apuestas en línea mediante el desarrollo de modelos matemáticos.
Desde hace una década, los algoritmos secretos que Bloom ha aplicado al fútbol han resultado exitosos en el Brighton & Hove Albion de la Premier League, en el Hearts escocés, que este curso amenaza con quebrar el eterno duopolio Celtic-Rangers, y en el singular club al que se enfrenta este martes el Atlético de Madrid (21.00, M+). “No es una nueva tendencia [el big data y la IA], es algo cada vez más popular y con más éxito si está bien utilizado”, advierte Hubert. “Por un lado, están los datos que pueden revelar cosas y también nos permite pensar a los entrenadores de otra manera. Nos permite ver cosas de manera diferente y nos está ayudando mucho”, prosigue el técnico belga.
Su antecesor, Sébastien Pocognoli, que hizo campeón de Bélgica 90 años después al modesto equipo de St-Gilles, la barriada de Bruselas que le da nombre, fue tentado y contratado por el Mónaco hace un mes. Hubert fue escogido mediante la misma metodología que mezcla el big data con la inteligencia artificial. El éxito de Bloom en el fútbol es estudiado y expuesto en trabajos de investigación llevados a cabo por universidades de toda Europa. Los traspasos del Brighton forman un listado que es un pelotazo de plusvalías. A Moisés Caicedo lo ficharon por 10 millones de euros y lo vendieron al Chelsea por 110. Al equipo londinense también le traspasaron a Marc Cucurella por 65 millones tras comprarlo al Getafe por 18. Ben White (Arsenal, 58 millones) o Mac Allister (Liverpool, 42 millones), su hermano juega de central en el Union, son otros ejemplos de la rentabilidad deportiva y económica del paradigma de Boom.
En el club belga también han obtenido réditos. El equipo que se proclamó campeón este verano vendió al goleador Ivanovic al Benfica por 22 millones de euros y al mediocentro Sadiki al Sunderland por 17 tras haber invertido cinco millones entre ambos. El éxito de Boom tiene dos ramificaciones empresariales. Starlizard es una consultora propia con el foco en la industria deportiva de la que emergió Jamestown Analytics y su inteligencia artificial diseñada para la captación de jugadores. El Como italiano que dirige Cesc Fábregas también es cliente de la spin-off surgida de la empresa matriz.
“El fútbol es un deporte con seres humanos, tenemos que ver cómo encajarían en ese grupo y en el club. Tenemos muchos ángulos que mirar cuando fichamos. El data ayuda, pero tenemos que tener el ojo fino y sentido común”, matiza Hubert. El exhaustivo rastreo por ligas menores en busca de talentos con expectativas de revalorizarse incluye un análisis a fondo de los entornos y de las redes sociales de los posibles fichajes.
Mantra roto
Hubert es el octavo entrenador en diez años de un club que hasta el inicio de la II Guerra Mundial obtuvo 11 títulos de Liga. Después del conflicto, anduvo perdido por las categorías más bajas del fútbol belga hasta la llegada de Bloom en 2018. Sus custodiados algoritmos también han roto en el caso del St-Gilloise con el mantra de la necesaria estabilidad en los banquillos. Los dos entrenadores que más tiempo han permanecido en el banquillo desde que Bloom y su socio Alex Muzio adquirieron el club son Felice Mazzù, 767 días, y el citado Pocognoli (460). Bloom y Muzio buscaban un club fuera de las cinco grandes ligas, con una masa social fiel y con una fuerte identidad. “Una de las razones por las que no compramos en Francia, Italia o España fue porque queríamos ganar. No se trataba solo de encontrar una buena inversión, también tenía que ser divertido y podíamos resucitar a un equipo”, explicó Muzio en una entrevista en The Independent.
La hinchada del Union resultó atractiva para sus nuevos inversores. Les conquistó la norma de no insultar o entonar cánticos en contra de las aficiones y equipos rivales. También la diversidad de sus aficionados, hijos de la inmigración del sur de Europa y el norte de África. El estadio, con capacidad para algo menos de 8.000 espectadores, se encuentra en el municipio de Forest, limítrofe con St-Gilles, es una fiesta pacífica donde los hinchas se enorgullecen de volver a mirar por encima a los históricos Anderlecht, Genk o Standard de Lieja.
“Nos vamos a encontrar un equipo que busca aprovechar su velocidad, estando cerrado y saliendo. Tienen velocidad en sus atacantes”, analiza Simeone. Su equipo se mide este martes al último pelotazo del big data y la IA.
Clasificación
| Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP | 
|---|---|---|---|---|---|
| 
                            17
                             | 
                        4 | 3 | 1 | 1 | 1 | 
| 
                            18
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            19
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            20
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            21
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP | 
|---|---|---|---|---|---|
| 
                            22
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            23
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            24
                             | 
                        3 | 3 | 1 | 0 | 2 | 
| 
                            25
                             | 
                        2 | 3 | 0 | 2 | 1 | 
| 
                            26
                             | 
                        2 | 3 | 0 | 2 | 1 | 
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































