Álex Baena, el 10 ‘largón’ que Simeone quiere tallar como a Griezmann
El técnico del Atlético, encantado con el internacional almeriense por lo que juega y corre, pretende convertirle en uno de los mejores jugadores ofensivos de Europa: “Tiene algo diferente, trabajaremos para que eleve el nivel”


Por la visión que tienen los porteros desde su posición, Jan Oblak es uno de los grandes analistas del juego del Atlético de Madrid. El lunes, tras lograr el equipo de Diego Pablo Simeone su primera victoria fuera de casa ante el Betis (0-2), el meta esloveno, uno de los más autocríticos cuando el equipo no juega bien, precisó lo que puede significar el fichaje de Álex Baena (Roquetas de Mar, 24 años), autor del primer tanto en una acción de recorte y disparo violento y cruzado que en Vila-Real se saciaron de ver. “Quiere el balón y jugar, que es lo que necesitamos aquí”, sentenció el meta esloveno, de los más críticos sobre el mediapunta almeriense, del que también dijo: “Es muy importante para nosotros, nos ha faltado [en referencia al mes de baja que ha estado], tiene mucha calidad. De cara a portería es muy eficaz. Ojalá marque y dé muchas asistencias”.
Oblak ha visto en bastantes ocasiones los problemas que han padecido sus compañeros para romper las defensas o las líneas de presión de rival, bien por imprecisión, o por la escasez de jugadores que se mostraran de verdad y pidieran la pelota en situaciones de dificultad. Baena puede ser ese jugador que se imponga para tirar del equipo en esos malos momentos en los que le cuesta engarzar pases bajo el agobio de los contrarios.
Oblak da por hecho que el Atlético de Simeone, en condiciones normales, casi siempre será un buen equipo defensivo. Con los 55 millones de euros desembolsados este verano al Villarreal, el Cholo se garantizó a un futbolista que pueda sostener el juego ofensivo del equipo a un nivel alto durante la mayor parte del curso que resta. “Tiene algo diferente: transiciones rapidísimas, visión de juego, gol, un gran golpeo... Hay que incitarlo a seguir mejorando, porque le queremos sacar aún más. Tiene mucho más de lo que hemos visto. Trabajaremos para que eleve su nivel”, advirtió el técnico ante las cámaras de Movistar sobre el césped de La Cartuja.
Al preparador argentino se le aprecia entusiasmado con la posibilidad de, siendo distintos, convertir a Baena en su nuevo Griezmann. Y eso se traduce en tratar de ayudarle a ser uno de los cinco mejores jugadores ofensivos de Europa. Simeone le otorgó el número diez con todos los galones desde el estreno en la Liga en Montjuïc, en el que sufrió una lesión muscular a la que se sumó una apendicitis. El contratiempo privó al técnico de lo que parecía su gran apuesta táctica e individual del curso desde el primer partido de la pretemporada. El Atlético perdió con el Oporto (1-0), pero Simeone salió convencido de aquel bolo veraniego de que Baena podía ser su nuevo Griezmann, el enganche que buscaba para alimentar a Julián Alvarez y, a su vez, un talento con trabajo y carácter. La influencia en el juego que observó el técnico cada vez que abandonó la posición de falso centrocampista de banda izquierda, con la que explotó en el Villarreal con Marcelino, para meterse por dentro fue definitiva. Desde entonces, Baena pasó a jugar por detrás del atacante argentino con una gran libertad de movimientos.
A Simeone también le alegra la vista y le alivia saber que Baena no es un futbolista de buen pie al que haya que insistirle en la necesidad de arremangarse cuando el equipo no tiene la pelota como le sucedió con João Félix cuando este desconectó. Esto último y el carácter competitivo, con pierna dura y frecuentes protestas a los árbitros incluidas, conquistaron al preparador argentino desde que Baena rompió a jugar en el Villarreal. Después de Raúl García, Diego Costa y De Paul, Baena es otro largón para con los colegiados y con los rivales, que lo saben y le buscan.
Tarjetero
El revuelo mediático que causó el puñetazo que le propinó el madridista Valverde en el aparcamiento del Santiago Bernabéu le hizo daño. Puso una denuncia por agresión que fue archivada por falta de pruebas y se quedó sin dirimir por un juez cuál de las dos versiones prevalecía: la del madridista, que dijo que se había alegrado de los problemas de un embarazo de su esposa, o la suya, que aseguraba que nunca diría algo así después de sugerirle a Valverde, frotándose los ojos, que era un llorón. Baena, aseguran en Vila-real, sintió la pesada caza de la prensa afín al Real Madrid.
En el Villarreal, Baena llegó a contabilizar hasta 14 tarjetas amarillas, la mayoría por protestar, y una roja en la temporada 22-23. Sin embargo, esa primera expulsión en la Liga tuvo mucho que ver con lo sentimental. Contra el Almería, siendo consciente de que ya tenía una tarjeta amarilla, marcó y se levantó la camiseta para mostrar otra en el que le daba las gracias por ejercer de segundo padre a José Manuel Llaneza, el dirigente fallecido que era el alma de los éxitos del club. Entre otras virtudes, por su empatía con la gran mayoría de los jugadores y Baena es de los especiales. Un chico tímido, cuentan en Vila-Real, que en el campo se desata y al que se le nota que las suplencias no las digiere bien. Simeone, que ya ha detectado el perfil, medio pidió disculpas por no haberle dado paso antes en el derbi, entró en el minuto 90. Baena se esforzó al máximo en su recuperación para llegar a la cita. “Me hubiera gustado que entrara antes, pero la pelota no salía”, vino a decir Simeone.
En el Villarreal, su guía fue Yeremi Pino. En el Atlético, donde confirman esa timidez, “hasta que coge confianza”, la presencia de sus compañeros de selección Le Normand, Llorente y Barrios le ayudan a integrarse en el día a día del vestuario. En los partidos, Baena tiene que defender que es el diez, el que juega para integrar a los demás con su calidad.
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