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La difícil mezcla de Lamine Yamal: enamorar en el campo y repeler fuera de él

El delantero hace cosas extraordinarias en el campo con las que despierta el mismo fervor que esas otras cosas de su vida privada que no gustan tanto: “Estos tíos son genios y lo son para todo”, subrayan desde el Barcelona

Lamine Yamal
Juan I. Irigoyen

Se acostumbra a celebrar cuando Lamine Yamal se convierte en un futbolista extraordinario: es el jugador más joven en ganar una Eurocopa (17 años y un día), tiene también el récord de precocidad al coronarse como el más joven en comenzar desde el inicio un partido de la Champions League y, nada más cumplir los 18 años, se adueñó del dorsal 10 del Barcelona, símbolo de su protagonismo en el equipo y, esencialmente, también en el club.

Pero ocurre algo paradójico con Lamine Yamal. Se acostumbra a cuestionar cuando se convierte en una persona extraordinaria: en la Federación Española se quejaron porque subió a las redes sociales su viaje en helicóptero durante el último parón de selecciones; en la Ciudad Deportiva Joan Gamper hablan de una actitud difícil de gobernar, mientras que, según el diario Marca, en el vestuario del Real Madrid están “hartos” del azulgrana, ya que no respeta “los códigos básicos entre profesionales”.

Es decir, enamora cuando hace cosas extraordinarias en el campo con el mismo fervor que repele cuando también es extraordinario fuera de él. Lo quieren anormal en la cancha, normal en la calle. Difícil mezcla. “Estos tíos son unos genios, y son unos genios para todo. Hay otros jugadores que son un coñazo. Lamine no lo es, le gusta vivir la vida. ¿Cuál es el problema? ¿Que dijo una cosa en broma en un programa de cachondeo? A los que lo critican después les parece bien que Courtois hable en una rueda de prensa oficial de Negreira”, subrayan desde la Ciudad Deportiva del Barcelona.

Lo que terminó de irritar al vestuario de Chamartín fue la participación de Lamine Yamal en el programa Chup Chup, que lidera el streamer Ibai Llanos en Twitch, para comentar la Kings League. “Roban, se quejan”, soltó Lamine, entre risas, sobre el Real Madrid. El contexto de la frase era un intento de comparación entre el equipo de Ibai Llanos (Porcinos) y el Madrid, próximos rivales de Yamal: el primero frente a su equipo (La Capital) en la Kings League, y el segundo, nada menos que el Clásico de este domingo en el Santiago Bernabéu. “La última vez que he ido al Bernabéu... ¿cuánto? 0-4”, presumió el 10 azulgrana. Más comedido cuando Llanos le preguntó si iban a repetir el resultado, respondió: “No, yo no he dicho eso, pero puede ser”.

Declaraciones que fueron comentadas en el vestuario del Real Madrid, “pero con bastante fatiga, hastío... en líneas generales, han producido poca o ninguna sorpresa”, señalan fuentes de Valdebebas. “Todos conocen ya al personaje. Alguno, y de peso en el vestuario, dijo una cosa que me llamó la atención por su acierto: ‘Es un 10 como jugador y un 0 como deportista’. La traducción que se hace de su actuación con Ibai es que fue la de un chico ‘muy mal educado’, con un ego desorbitado y ‘sin el menor respeto’ por sus compañeros de profesión”.

Dueño de una personalidad arrolladora, por momentos magnético, en otros irritante, Lamine no busca nunca pasar desapercibido. Salvo, eso sí, cuando quiere estar tranquilo. Ocurrió, por ejemplo, que mientras desde la Federación miraban con malos ojos sus vacaciones con su novia Nicky Nicole en Croacia y su viaje en helicóptero —después de que se supiera su destino por la publicación en redes sociales—, a él no le preocupaba que alguien cuestionara su estilo de vida, sino que los fans lo pudieran encontrar. “No pasa nada, era mi último día. Mañana ya vuelvo”, reaccionó el delantero azulgrana.

Según su entorno, Lamine Yamal conserva una vieja coraza: de niño, para protegerse de un entorno marginal, ahora para blindarse frente a un entorno que puede ser hostil. “Me da igual lo que digan”, acostumbra a subrayar. “A nosotros no nos molesta su vida, ni tampoco a Hansi, ni a Deco”, aseguran desde los despachos del Camp Nou. En el Barcelona, eso sí, procuran que su gusto por romper el estereotipo del futbolista modelo, ese que salta de la Ciudad Deportiva Joan Gamper a su casa y de su casa a la Ciudad Deportiva, no afecte a su rendimiento profesional ni altere la convivencia en el vestuario.

Lamine, a pesar de su corta edad, tiene permitidas ciertas licencias, más propias quizá de futbolistas consagrados. “Pero”, advierte la misma fuente de los despachos del Camp Nou, “nunca ha llegado a un entrenamiento en malas condiciones. Y eso sí pasaba en otra época. ¿Que un día llegó un poco tarde? Puede ser. Es un chico muy profesional”.

A nadie le extraña, entonces, ver a Lamine por la tarde en la Ciudad Deportiva para tratarse con un fisio ni que se vaya a cortar el pelo a La Masia. “Es su casa”, advierten en Sant Joan Despí. El Barça, para evitar que Yamal cayera en las trampas de las malas compañías, lo llevó a La Masia con 13 años. “Había que protegerlo de todo”, explicaban en su momento en el fútbol base azulgrana. Esas rutinas no las pierde. Sin embargo, Lamine quiere dar un salto de madurez. Y lo hace en soledad, como casi todo en su vida. “De alguna manera los padres están presentes, pero él es un chico que desde hace tiempo ya está acostumbrado a valerse por sí mismo. No necesita la protección de los padres; a veces, es hasta al revés. Él los cuida a ellos”, destacan desde el entorno del jugador.

La casa de Shakira

El próximo paso en la vida de Lamine Yamal es comprarse una casa. Y no es una cualquiera: es la antigua vivienda que compartían Shakira y Piqué. Esa que la cantante colombiana le recriminaba al futbolista catalán en uno de sus hits más ruidosos: “Me dejaste de vecina a la suegra”. El nuevo hogar de Lamine estará en un entorno seguro para el jugador, lejos del ruido, cerca de compañeros y amigos suyos como Alejandro Balde y Ronald Araújo, en Esplugues.

“La idea es convertir una casa familiar en una casa de un deportista de élite. Tendrá las mejores condiciones de seguridad, habrá espacio suficiente para que sus amigos se puedan quedar con él y contará con un gimnasio reacondicionado para que pueda prolongar sus jornadas de trabajo”, sostienen desde el entorno del 10 del Barcelona. El plan ya está en marcha: Lamine contará con un preparador físico y una fisioterapeuta para continuar con los trabajos que le ordenen desde el departamento de Julio Tous, jefe del área física del Barcelona.

Un búnker en el que podrá combinar su vida como deportista de élite con su manera de vivir la vida. Es decir, para que pueda continuar siendo extraordinario en el campo, pero también fuera de él.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
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