Borja Iglesias: “Xabi me ayudó a volver a ser en el fútbol la persona que me gusta ser”
El delantero del Celta, que vuelve a la selección española para los partidos contra Georgia y Bulgaria, defiende sus manifestaciones políticas: “Cuando expones ciertos temas, ayudas ya solo poniéndolos en la palestra”

Borja Iglesias (Santiago de Compostela; 32 años) navega a contracorriente. Salta con convicción a los charcos políticos que sus colegas de profesión esquivan. Ha compartido su temor a la extrema derecha, ha defendido las protestas propalestinas en la Vuelta, ha puesto la cara a una campaña contra la homofobia y renunció a la selección tras el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Más de dos años después, el delantero del Celta, el mayor goleador español del momento, está de vuelta con España para los partidos de clasificación para el Mundial 2026, mañana contra Georgia en Elche (20.45, La1) y el martes contra Bulgaria en Valladolid (20.45, La1).
Pregunta. Estuvo en la primera lista de Luis de la Fuente, en marzo de 2023, y no volvió a aparecer. ¿Pensó que volvería?
Respuesta. No, no, yo creía que ya no era opción. Pero me alegra mucho saber que sí. Como tampoco estaba en la prelista... La última prelista en la que estuve fue cuando pasó lo de Rubiales.
P. Sin embargo, cuando entonces renunció a la selección mucha gente decía que renunciaba a algo a lo que no le iban a llamar.
R. Decían: “Dice que no viene, pero tiene las mismas posibilidades de venir que yo”. Pues no.
P. ¿Le dan ganas de contestar en redes?
R. A veces contesto. Pero tampoco es algo que me importe mucho ni me afecte, porque posiblemente no les preguntaría tampoco su opinión a muchos. Y menos si se hace con poco respeto.
P. ¿Por qué contesta entonces?
R. Porque me tocan los huevos algunos [ríe]. A veces igual el que menos se lo merecía. Pero no suele ser injusto. Cuando se lo contesto es porque me marean la cabeza y se lo digo y ya está.
P. ¿Siente que se expone cuando da su opinión?
R. Ahora ya no tanto, porque lo hago menos y recibo igual. Porque como lo he hecho antes, si a veces no plasmo mi opinión, es como: “Ah, no dices nada sobre esto, no dices nada sobre lo otro”. Es que no vivo para decir las cosas. Hay muchas cosas que me parecen bien y muchas que me parecen mal y no estoy continuamente diciéndolas. Intervengo cuando creo que lo tengo que hacer.
P. Cuando Mbappé advirtió del riesgo de la extrema derecha, Unai Simón dijo que él era futbolista y que no estaban para hablar de política. ¿Qué le parece?
R. Está fantástico también ese posicionamiento. Yo entiendo que Unai diga, joder, para qué me voy a meter si me van a hinchar a palos. Tendrá su opinión y la guarda para él y está fantástico. Y posiblemente sea hasta mucho más inteligente que lo que yo hago a veces. Pero a mí me sale así. Cuando he tenido alguna opción de hacerlo y no lo he hecho, me he sentido peor. Siento que no estoy siendo honesto conmigo mismo.
P. ¿Es por desahogarse o por sentimiento de responsabilidad?
R. Dando tu opinión y siendo un poco proactivo creo que se puede ayudar. Cuando expones ciertos temas, ayudas ya solo poniéndolos en la palestra. El hecho de que seas deportista y no puedas opinar… Al revés: siendo deportista eres persona y a partir de la persona tienes derecho a ser y a decir lo que tú quieras.

P. ¿Sobre qué tema cree que ayudaría hablar más, porque ve que se lo agradecen al hacerlo?
R. Eso lo noté mucho cuando hice una campaña sobre la homofobia con [la agencia] Mucho Bambú, que creo que fue muy guay. He coincidido en mil sitios con gente homosexual que me decía: “Gracias, porque me encanta el fútbol, y muchas veces no encontraba las razones por las que seguir viendo fútbol o viviendo el fútbol de manera pasional. Y sentir que sois conscientes y que le dais valor a esto, es importante”.
P. ¿Por qué cree que ese colectivo no aparece representado en el fútbol profesional masculino como en el resto de la sociedad?
R. No tengo una explicación, pero hace unos meses escuché a Héctor [Bellerín] que hacía un razonamiento en el que yo no había caído, y tiene mucha razón. Creo que hay una gran parte educacional. Convivimos desde muy jóvenes en escuelas y en residencias para hombres que juegan al fútbol. Que tienen que ser heterosexuales, un poco por código.
P. En el fútbol femenino es muy distinto.
R. Pero es mucho más razonable, ¿no cree? Si tú en tu día a día solo convives con hombres, lo normal es que llegue un momento que te guste algún hombre, ¿no?
P. ¿Qué falta?
R. A día de hoy todavía es un ambiente un poco hostil. Claro que los hay y los habrá, pero creo que no sienten que sea un espacio cómodo para ellos. Creo que puede tener cierta repercusión decirlo, que igual no apetece aceptar o asimilar. Creo que la clave es intentar encontrar ese espacio cómodo para que cada uno pueda ser como quiera, que creo que es lo normal, lo que debería pasar en todos los ámbitos.
P. En enero de 2024 usted atravesaba un momento difícil en el Betis y se fue unos meses cedido al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. ¿Qué supuso aquello?
R. Fue fantástico. Fue un momento de limpieza profesional, emocional. Pasé mucho tiempo solo. Vivía en Düsseldorf y salía de mi piso a dar paseos. Descubrí cafeterías que me gustaban, museos que me gustaban, galerías de arte, locales donde ponían música en directo. Gracias a eso, mi conexión con el fútbol es mucho más sana. En la parte profesional, por supuesto, pero en la parte emocional disfruto de cada momento en el campo. Cuando llegué allí no lo estaba haciendo.
P. ¿Se reenamoró del fútbol?
R. Sí, Xabi [Alonso] me ayudó mucho. Y obviamente ayuda que el equipo fuese lo bien que iba, el disfrute que era cada día jugar, ganar títulos... Pero sobre todo Xabi me cuidó mucho, me ayudó a ver que todavía tenía fútbol. Xabi es cercano con el jugador, te entiende. Y es más, algo que le dije a él y le agradecí fue lo mucho que me ayudó a volver a ser dentro del fútbol la persona que me gusta ser. Y eso es impresionante, porque yo estaba en un momento en el que empezaba a ser más hermético con todo.
P. ¿Se planteó dejarlo?
R. Sí. sí, la verdad es que sí.
P. Pero acababa de cumplir 31 años...
R. No estaba disfrutando y era como, bueno, sigo aquí, no sufriendo, pero sin disfrutarlo. Tampoco era muy justo, pero me ayudó a conectarme y él fue de los que me dijo: “Olvídate de eso, tienes muchísimo todavía”.
P. ¿Le gusta que se vaya a jugar el Villarreal-Barça en Miami?
R. No. Me gusta que la Liga se juegue en España.
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