El surrealista camino de James Nnaji, el canterano del Barcelona elegido en el Draft de la NBA que recala en la universidad
El pívot nigeriano de 21 años, que no llegó a debutar en la Liga estadounidense, firma por los Baylor Bears de la NCAA en un caso sin precedentes


El aluvión de dinero que ha inundado la NCAA, la Liga universitaria de Estados Unidos, ha convertido la competición formativa en un actor más dentro del panorama profesional en el deporte mundial. Y las líneas rojas que existían hasta hace bien poco son ahora más difusas que nunca. Un chaval nigeriano de 21 años, James Nnaji, jugador de baloncesto formado en la cantera del Barcelona y elegido en el puesto 31 del Draft de la NBA de 2023, es ahora el protagonista de un movimiento sin precedentes que vuelve a destapar la caja de los truenos en el torneo colegial.
La universidad de Baylor, uno de los programas más exitosos de los últimos años, acaba de incorporar al pívot de 2,13 a mitad de curso. Será la primera vez que un jugador profesional seleccionado por una franquicia de la NBA, donde no ha llegado a debutar, forme parte de una plantilla universitaria, una decisión que arrastra polémica en una Liga que hasta hace poco era considerada estrictamente amateur.
Nnaji aterrizó el domingo en Waco, población de 150.000 habitantes situada en el estado de Texas y hogar de los Baylor Bears, campeones de la NCAA en 2021. Este lunes, su nuevo equipo disputa el último partido previo al arranque del Big 12, el torneo que debería abrirles las puertas a la locura de marzo (March Madness) y el torneo final universitario. Su entrenador espera que el nigeriano esté listo para estrenarse con el grupo el próximo 3 de enero, cuando arranca el tramo clave del curso y donde el pívot debería fortalecer la rotación de ocho jugadores del grupo.
“Con tres de los chicos lesionados, sabíamos que necesitábamos añadir a alguien este semestre. Cada entrenador intenta añadir al mejor jugador disponible a su equipo, alguien que encaje. James es un joven excepcional, que creció en la iglesia, un chico con un potencial tremendo que fue elegido en una buena posición en el Draft de la NBA. Ahora falta saber si su juego puede estar a la altura”, valoraba Scott Drew, técnico del equipo.
“Nosotros no escribimos las reglas”
El entrenador apreció el nivel físico y la gran capacidad de intimidación bajo el poste que puede aportar Nnaji a un conjunto que echaba de menos una presencia poderosa en el juego interior, pero que aun así registra nueve victorias y dos derrotas esta temporada. Consultado sobre la polémica generada al fichar a un profesional en toda regla, tiró balones fuera y situó la responsabilidad en el órgano de gobierno de la NCAA. “Hasta que no haya un convenio colectivo y normativas claras, todos debemos estar preparados para adaptarnos a las oportunidades que hay ahí fuera. Cuando empezaron a firmar jugadores de la G-League, tampoco estaba a favor de eso. Pero nosotros no escribimos las reglas y por eso nos adaptamos para poner a nuestro programa en la mejor posición posible para ganar”, declaró el preparador.
Preparadores legendarios como Tom Izzo, al frente de Michigan State desde 1995, han puesto el grito en el cielo ante una situación que parece acelerarse desde el comienzo de esta campaña. El primer contrato de un jugador profesional en Estados Unidos con la NCAA llegó en septiembre, cuando la asociación permitió que Thierry Darlan, centroafricano con dos años de experiencia en la G-League, la segunda división de la NBA, se matriculara en la Universidad de Santa Clara a los 21 años. London Johnson, jamaicano de la misma edad con credenciales similares, fue el siguiente, en octubre.
La NCAA ha otorgado a Nnaji un permiso de cuatro años para participar en sus competiciones universitarias. “Cada caso se evalúa y se decide individualmente según los hechos presentados. Las universidades continúan reclutando a individuos con experiencia profesional, algo que la normativa permite bajo ciertos parámetros”, se defienden desde el organismo, que pretende clarificar su regulación sobre estos casos en los próximos meses.
Estreno con el Barça en 2021
Nnaji se desvinculó del Barça de forma definitiva en agosto tras haber llegado al club a los 16 años procedente de Hungría. En 2021 debutó con el primer equipo en la Euroliga bajo la batuta de Saras Jasikevicius, y al año siguiente firmó un contrato hasta 2027 con el club azulgrana. Poco después, intentó dar el salto a la NBA sin éxito. Tras ser elegido por los Detroit Pistons, fue traspasado inmediatamente a los Charlotte Hornets, que le probaron en la Liga de verano ante tipos como Victor Wembanyama, pero no le garantizaron un contrato en la mejor Liga del mundo.
Tras no cumplir su sueño americano, que ahora reinicia, el nigeriano regresó al Palau Blaugrana, donde dejó destellos de su potencial, pero nunca terminó de contar con minutos significativos ni mostrar regularidad. El curso pasado, el joven pívot jugó cedido en el Bàsquet Girona y promedió 5,3 puntos, 4,1 rebotes y 16 minutos de juego en 14 apariciones en la ACB. En marzo, finalizó antes de tiempo su préstamo y se marchó al Merkezefendi, antepenúltimo clasificado de la Liga turca. Durante este periplo, sus derechos en Estados Unidos pasaron a manos de los New York Knicks, que en julio le hicieron disputar de nuevo la Liga de verano en Las Vegas, pero tampoco encontraron hueco para él en la plantilla que acaba de ganar la Copa NBA.
Aunque es un caso único en España y Estados Unidos, el surrealista camino de Nnaji subraya una vez más cómo la posibilidad de cobrar contratos por derechos de imagen está transformando una Liga teóricamente amateur como la NCAA, donde durante más de un siglo los jugadores jamás habían cobrado un solo dólar. Todo ello cambió con un fallo del Tribunal Supremo de 2021 que abrió la veda y ha supuesto un terremoto con implicaciones en el baloncesto de formación a nivel mundial. Económicamente, las canteras europeas tienen muy complicado competir con los montos y beneficios adicionales, como las becas de estudios, que se manejan al otro lado del Atlántico. Esta Navidad, el canterano de 20 años del Casademont Zaragoza, Lucas Langarita, también ha puesto rumbo a la universidad de Utah después de no haber encontrado minutos de calidad en la ACB y rescindir su contrato con el equipo aragonés.
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