Nace la Liga U de baloncesto para frenar la fuga de talento joven a Estados Unidos
La Federación, la ACB y el CSD crean una nueva competición, que comenzará en octubre con menores de 22 años, con el reto de hacer frente a las grandes ofertas de las universidades americanas


Se llama Liga U, empezará en octubre y es la nueva competición de baloncesto para menores de 22 años que nace de la mano de la Federación Española de Baloncesto, la ACB y el Consejo Superior de Deportes, y que pretende ofrecer un marco de formación deportiva y académica con el que frenar la fuga de talento joven a las universidades de Estados Unidos. Las enormes ofertas económicas procedentes de los centros americanos han vaciado de promesas a muchas de las canteras y clubes españoles. El goteo no se detiene temporada a temporada, y los equipos de las universidades estadounidenses se llenan de joyas españolas que emigran seducidas por la chequera y por la posibilidad de compaginar el alto nivel deportivo con los estudios y la experiencia personal de curtirse en el extranjero. El último ejemplo es el base Mario Saint-Supery, jugador del Unicaja que ha estado cedido en el Manresa, y que emigrará a la universidad de Gonzaga.
La nueva Liga, presentada este miércoles en el CSD, acogerá a los jugadores nacidos en 2004 y años posteriores. La competición tiene previsto su nacimiento en octubre y está abierta a los 18 equipos con plaza en la ACB para esta siguiente temporada. Los clubes deberán ahora decidir si aceptan participar en el torneo sub-22 o si lo rechazan. En el caso de las entidades con conjuntos filiales, podrán competir en las categorías en las que se encuentren ahora y además en este nuevo proyecto, o bien elegir entre una de las dos opciones. Cada equipo deberá contar con un mínimo de seis jugadores seleccionables (no cupos de formación) durante las dos primeras campañas, y siete a partir de la temporada 2027-28.

El CSD aportará 15 millones de euros durante las próximas temporadas, un presupuesto pendiente de ampliarse con la previsible llegada de patrocinadores. Será esa cuenta final la que decida el reparto económico final entre los clubes y las ayudas que puedan solicitar. Sobre la mesa está también la opción de becas para que los jugadores compaginen las carreras deportivas con estudios universitarios, al igual que en Estados Unidos, gracias al acuerdo con universidades y otros centros educativos.
La nueva Liga sub-22 pretende así aliviar una carga económica que en la actualidad se ha vuelto demasiado pesada para los clubes que invierten en la cantera y no reciben un retorno cuando sus jóvenes promesas cruzan el charco. La idea es también que esos clubes de formación y origen puedan asegurarse los derechos del jugador si éste vuelve a casa.
Los encuentros se disputarán previsiblemente los viernes por la tarde y los sábados por la mañana para facilitar que un baloncestista puede compaginar este torneo con los encuentros de la ACB si su club así lo considera. El sistema de competición todavía está por definir, según el número de participantes, aunque hay por ahora tres modelos previstos: para una Liga de 14, 16 o 18 equipos.
“Será un puente que une la educación y la formación con el deporte. Buscamos acompañar a los jóvenes dentro y fuera de la pista. Será un vivero de talento deportivo y formativo”, ha expresado Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes. “Este proyecto cubre una lagunita que había en el baloncesto español”, comenta José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD. Y añade Elisa Aguilar, presidenta de la Federación. “Protegemos nuestro futuro. La ruta al profesionalismo es cada vez más complicada y ojalá que el punto de mira sea también seguir en España. Los jóvenes se podrán formar mientras juegan y estudian. Es un nacimiento histórico. Será una de las claves que mantendrán a España arriba de la pirámide competitiva”.
El temor de algunos clubes, sin embargo, es que esta competición se convierta en una plataforma para que las universidades estadounidenses tengan todavía más fácil la detección del talento joven español. Una vez elegido el objetivo, ningún equipo, ni siquiera los más grandes, Real Madrid y Barcelona, podrá competir económicamente con ese capital extranjero. La fuga aún no se ha detenido.
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