Jon Rahm despierta a la bestia de Oakmont: “¿Me estás tomando el pelo?"
El vasco sufre la dureza del campo del US Open y tras la segunda jornada baja a +4, igual que Scheffler. Sam Burns es líder con -3


Qué diabólico ha de ser un campo de golf para sacar de sus casillas a Scottie Scheffler, el número uno del mundo, un jugador robótico que apenas deja ver sus emociones, y mucho menos su frustración cuando (raramente) falla un golpe. Pero esto es el US Open, el grande más duro de la temporada, y esto es Oakmont, el trazado con más espinas en la rotación del Abierto estadounidense. Tan alto y frondoso es su rough, tan firmes son sus greens, que Scheffler estampa con rabia uno de sus hierros en la hierba, o golpea el driver contra la plataforma de salida. ¿Qué sucede? El hombre que habitualmente luce un asombroso control de las distancias para acercarse a bandera no se lo puede creer. Oakmont penaliza cualquier mínimo desvío, y si el mejor golfista del planeta pierde los nervios, qué no les pasará por la cabeza a los mortales.
Cada ronda se alarga hasta más de cinco horas y media de sufrimiento, una eternidad. No se trata de avergonzar a los mejores jugadores del mundo, sino de identificarlos, como reza el lema de este torneo. La falta de piedad del campo también la sufre en sus carnes Jon Rahm, que después de una primera jornada a salvo (-1), en la segunda ronda despierta a la bestia: +5 en el día con cuatro bogeys, un doble bogey y apenas un birdie para +4 en la clasificación general, a siete golpes del líder, Sam Burns (-3). Solo el estadounidense, su compatriota J.J. Spaun (-2) y el noruego Viktor Hovland (-1) bajan del par del campo. Scheffler marcha +4, como Rahm, Rory McIlroy está +6, y no pasaron el corte Bryson DeChambeau (+10) y Josele Ballester (+12). La jornada, sin embargo, no acabó de completarse por culpa de la lluvia, lo que augura un nuevo US Open este fin de semana, con los greens más receptivos.
Oakmont can frustrate even the most even-keeled players. pic.twitter.com/7Tm4BxwZ4h
— U.S. Open (@usopengolf) June 13, 2025
La legión de jardineros ha pulido el campo durante la noche y la madrugada, pero el rough no se ha tocado un pelo. La trampa sigue abierta. Y en la espesura cae ya Rahm en el primer hoyo, los pies hundidos en la hierba que rodea al green, y un bogey para abrir la mañana. Es el anticipo de un dolor de muelas. El vasco es un especialista en atar pares en las peores condiciones, un competidor mayúsculo, pero esta vez el muro es de aúpa.
Rahm toca el corazón de las calles en los siguientes hoyos, sin sustos hasta que se presenta en el tee del temible par tres del 8, una autopista de 270 metros. De nuevo un paseo por el rough, los sudores para rescatar la bola, dos putts y un bogey. Cuando en la siguiente estación viaja otra vez a la derecha en la salida, ya no se aguanta. “Are you kidding me?”, suelta; “¿me estás tomando el pelo?”. Con un nuevo golpe de más cerraba los nueve primeros hoyos, y tocaría fondo con un doble bogey en el 11 tras una secuencia espantosa: de rough a rough y tripateo.
Un par en 𝑶𝒂𝒌𝒎𝒐𝒏𝒕 𝑪𝒐𝒖𝒏𝒕𝒓𝒚 𝑪𝒍𝒖𝒃 es mucho más que un par en cualquier otro lugar. ⛳️🇺🇸@JonRahmOfficial #USOpen #AquíGritamosGolf pic.twitter.com/L5tv1SU19U
— Golf en Movistar Plus+ (@MovistarGolf) June 13, 2025
El primer, y único, birdie del día lo festejó Rahm en el par cinco del 12, y entonces sí tuvo en sus manos consumar la reacción en busca de escalar más posiciones en la clasificación. Del 13 al 17, el vasco pateó para descontar golpes, sólido hasta que tenía que escribir la firma, pero uno a uno sus putts burlaron el hoyo por poco para dejar pasar las opciones de birdie. A Rahm le fallaba el remate delante de la portería cuando había trenzado una estupenda jugada. Así una y otra vez para su desesperación, hasta que en el 18 regresó al punto de partida. Rough de la izquierda, un golpe invertido en volver a la calle y ese bogey final.
“Sin meter putts, ni uno, aquí es imposible. Es que no he metido una”, lamentó Rahm tras la ronda en declaraciones a Movistar y Ten Golf, “este es un campo que te frustra. Un par de swings que no son perfectos… hay que ponerla en calle y aun así, sudas. No hay mucho margen en ningún hoyo. Es un campo muy difícil. No hay ningún momento en que pienses que un golpe es fácil”.
Para poner en pie el 𝐎𝐚𝐤𝐦𝐨𝐧𝐭 𝐂𝐨𝐮𝐧𝐭𝐫𝐲 𝐂𝐥𝐮𝐛.
— Golf en Movistar Plus+ (@MovistarGolf) June 13, 2025
El golpe de @JonRahmOfficial en el ⛳️1⃣3⃣.#AquíGritamosGolf #USOpen pic.twitter.com/DK6Dh1dhnq
¿Y qué pasó con el sufriente Scottie Scheffler? El jueves firmó su peor primera vuelta en un grande en relación al par, +3, tan inusual que nunca ha ganado un torneo desde una posición tan atrasada, y este viernes añadió otro golpe a la mochila: +4 en total (cuatro birdies y cinco bogeys), mismo registro que Jon Rahm. Los dos gigantes que lucharon por el último grande, el PGA, están empatados, pero esta vez alejados de la cima, sometidos por la bestia de Oakmont.
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