El Niño, el arquero y los cabezazos

Sentado en el palco, rodeado por los directores deportivos Caminero y Andrea Berta, el gerente Clemente Villaverde, y Rafael Alique, director de comunicación, Fernando Torres contempló la victoria del Atlético. Fue testigo Torres del poderío en el juego aéreo de su equipo, que ha logrado 18 de sus 34 goles en Liga de cabeza. Una cifra espectacular que desde el cuerpo técnico desbrozan desde el abundante ramillete de rematadores (Godín, Miranda, Raúl García, Tiago, Mandzukic, Giménez, Griezmann), de las trabajadas jugadas de estrategia y de los precisos lanzadores (Gabi y Koke).

Escuchó El Niño sonriente al estadio entero corear su viejo grito de guerra, “Fernando Torrres, lo, lo, lo”, y vio cómo Griezmann emulaba al arquero que simulaba Kiko y después el propio Torres cada vez que marcaban un gol. También apreció cómo la mayoría de la grada tomó las riendas de animación al equipo ante los silencios del fondo sur, algo que satisfizo a Diego Pablo Simeone. “La gente estuvo maravillosa, hubo un ambiente extraordinario, la gente cantó, participó y está bien porque esta es la historia del Atlético y de los hinchas del Atlético”, dijo el técnico antes de valorar la actuación de Griezmann: “Ya venía creciendo de un tiempo a esta parte, más allá de los goles, que son importantes para él y el equipo, me gusta cuando regresa, cuando trabaja, cuando recupera una pelota para atacar mejor. Le va a hacer mejor futbolista y más completo. Podrá ocupar otros lugares además de la banda, que es el sitio en el que ha venido jugando”.