El barrio azul se tiñe de rojiblanco

40 años es suficiente tiempo de espera como para perderse la oportunidad de disfrutar de una semifinal de Liga de Campeones. El rojo y el blanco de las camisetas y bufandas que portaban los cerca de 3.000 aficionados del Atlético teñían ya desde el martes los lugares más emblemáticos de Londres, con más fuerza si cabe este miércoles, a pocas horas de la gran cita en Stamford Bridge.

Un paseo por las arterias turísticas, con Picadilly Circus como centro neurálgico, servía para hacerse a la idea de que algo importante se cocía. "¿Qué ocurre? ¿Quién juega?", preguntaban los más despistados. "Yo soy del Arsenal, así que quiero que pierda el Chelsea", decía enfervorecido un aficionado inglés a un grupo de seguidores del Atlético.

Más allá de los sanos piques entre aficionados de ambos equipos, la comidilla del día era el rival que se encontrarán los atléticos de llegar a la final. Fiel al cholismo, esa religión que procesan desde la que aterrizó hace casi tres años Diego Pablo Simeone en banquillo del Calderón, la mayoría no se arrugaba. "Ya les ganamos en el Bernabéu la Copa. Ahora les quitaremos la décima". Había, sin embargo, quien con la boca pequeña no quería ni pensar en lo que supondría una derrota en el partido decisivo ante el eterno rival. "Lo que nos tocaría aguantar", era el comentario más generalizado.

La afición del Atlético ha respondido a la llamada de Diego Pablo Simeon las últimas semanas

La huelga de metro que ha congestionado la capital inglesa ha marcado también la dispersión de la hinchada y la dificultada para agruparse y moverse por la ciudad. En las inmediaciones de Stamford Bridge, sin embargo, se podían ver a tres horas del partido numerosos seguidores del Atlético en armonía con los hinchas del Chelsea. Ahí estaban Manuel, de 45 años y desde los ocho socio del Atletico, junto a su hijo Alex, de 16, que "nació con el carnet en la boca. Ambos llegaron en el autobús 14 al estadio del Chelsea. El largo trayecto sirvió para compadrear y hablar de fútbol con los seguidores rivales. "Nos pedían tantas fotos que nos sentíamos top models", bromeaban. "Soy optimista, aunque va a ser un partido complicado, son dos equipos muy parecidos", señalaba Manuel. Sobre la posible final contra el eterno rival, aseguraba: "Una final con el Bayern te topaba un poco el corazón, pero con el Madrid también es bonita", decía Manuel. "Qué se le va a hacer", se resignaba el vástago.

La afición del Atlético ha respondido a la llamada de Diego Pablo Simeon las últimas semanas. No solo a Londres, con el glamour que puede tener una semifinal de Champions, se han desplazado; también lo hicieron el pasado domingo a Valencia y lo harán el próximo, en la cita crucial ante el Levante. El técnico argentino está convencido de que la unión del ímpetu de sus jugadores y el respaldo de la hinchada logra una fórmula ya para el recuerdo.

Fulham Road, Kings Road... el barrio azul de Londres por excelencia, de cuyos edificios colgaban banderas del Chelsea, los mismos que tenían los marcos de las ventanas del color de la camiseta del rival del Atlético, poco a poco se fue tiñendo de rojiblanco a la espera de la gran cita.