El Valencia se libera en Europa

A falta de una jornada, el Valencia completó anoche una refrescante remontada en una competición que empezó perdiendo 0-3 ante el Swansea. Cuatro victorias consecutivas. Ayer obtuvo la revancha y demostró su mayor entidad en este tipo de duelos. Animado en ataque por Parejo y Canales; arropado atrás por sus dos centrales zurdos (Mathieu y Víctor Ruiz) y por un medio de contención, Oriol Romeu, el catalán cedido por el Chelsea, apenas visto por la escasa confianza hasta la fecha de Djukic. Un poco de aire para el entrenador serbio, fiscalizado por un pelotón de técnicos colocados sobre su cogote por el nuevo mánager, Rufete, y por el presidente, Amadeo Salvo.

Liberado de la presión abrasadora de la Liga, el Valencia se siente más suelto en Europa, sobre todo fuera de casa, sin la mirada escrutadora de sus aficionados. También anoche en el Liberty Stadium, abrochado por la zurda líquida de Canales, en su denodada lucha por alcanzar un estado de forma óptimo, a la altura de su talento. Esa onda a la que sí se ha subido desde el final de la pasada campaña Parejo: completo en la recuperación y en el arranque finísimo de la jugada. Marcó Parejo a la salida de un córner, tras un mal despeje de puños de Tremmel.

El Swansea no era el conjunto chispeante de Mestalla. Disminuido por la baja de Michu (esguince de tobillo) y por la marcha en el minuto 40 del lesionado Bony, el delantero marfileño que liquidó a la contra en la ida al Valencia. Y, de alguna manera, acabó con la carrera valencianista del central Rami, expulsado ese día en el minuto 10 y desterrado semanas después por enfrentarse al técnico y menospreciar a sus compañeros.

El exespanyolista Álvaro Vázquez, sustituto de Bony, montó en cólera cuando el linier le anuló un gol por falso fuera de juego. Había embocado con la planta de la bota un rechazo de Alves.

Feghouli dilapidó un precioso pase de Canales a la espalda de la zaga galesa. Después reculó el conjunto de Djukic y se agrupó en su frontal del área. Pozuelo y la entrada posterior del exvalencianista Pablo Hernández le dieron más sentido al ataque galés, pero el Valencia supo sufrir y cerrarse como debía. Sobre todo en los últimos instantes, cuando Mathieu sacó bajo palos un remate a bocajarro de Álvaro. Un triunfo para que Djukic abandone eventualmente el abismo.