El Valladolid agrava la crisis del Villarreal

El Valladolid se clasificó hoy para los cuartos de final de la Copa del Rey tras superar hoy al Villarreal en el Madrigal por 0-1, en un partido en el que el mayor orden y mejor juego del equipo castellano se encontró ante un rival sin rumbo que sufrió otro varapalo en la actual temporada.

Así, la eliminación copera supone una nueva decepción para el Villarreal, después de que el club tuviese puestas muchas esperanzas en este torneo al principio de temporada tras haber quedado fuera de competición europea. Además, a lo largo de todo el choque, el mayor potencial de un equipo de Primera División, como el Villarreal, quedó anulado por completo por la inercia positiva que vive en la actualidad el líder de la Segunda División.

El Villarreal, nuevamente sin el apartado Román Riquelme, salió con ganas de demostrar que el camino de recuperación iniciado en Bilbao ante el Athletic tenía continuidad y con una apuesta ofensiva clara, con la presencia de un trío atacante compuesto por el chileno Matías Fernández, el mexicano Guille Franco y el uruguayo Diego Forlán.

El marcador en contra de la ida (2-1) y su condición de local motivó que fuera el equipo del chileno Manuel Pellegrini el que inicialmente arriesgase más y tomase la iniciativa en el juego pero delante tuvo a un rival muy firme en defensa pero también con cierta vocación defensiva. De hecho, el 4-2-3-1 al que recurrió José Luis Mendilibar empezó a dificultar la labor de creación de los locales, además de permitirle acercarse a los dominios del uruguayo Sebastián Viera, aunque sin exponerlo a serios peligros, hasta que una internada de Alvaro terminó, a los 26 minutos de partido, con un penalti cometido sobre él por Rodolfo Arruabarrena que Javier Baraja convirtió en el gol de la victoria.

El tanto, además de complicar más la eliminatoria a los villarrealenses, desestabilizó a los locales y las acciones inmediatas al gol llevaron de nuevo el peligro a la meta de Viera, a la par que la defensa del líder de Segunda División manejó la situación sin agobios hasta el final de este período. Curiosamente en el descanso, el Villarreal vio como le empeoraban la cosas. Cani quiso poner más trabas a la misión de remontar la eliminatoria, y cuando el árbitro ya había pitado el final de la primera parte y estaba próximo a entrar en el túnel de vestuarios, el jugador del Villarreal fue expulsado al recibir la segunda tarjeta amarilla por desconsideración al colegiado.

Con un jugador menos y el marcador en contra, el Villarreal afrontaba un segundo tiempo en el que sólo una actuación épica le posibilitaría seguir en la Copa, aunque enfrente tenía un equipo muy trabajado tácticamente, sólido y sin apenas fisuras que iba a dar al traste con el objetivo local. El empuje inicial local tuvo como mejor ocasión la que disfrutó Diego Forlán, pero tras superar en velocidad los defensores vallisoletanos y encarar el área, el guardameta Jacobo desbarató su acción con un soberbia intervención.

Sin embargo, el Villarreal estaba roto, sin ideas. Sólo algunas acciones coraje le aproximaron a la portería contraria, pero sin apenas orden, aunque las fuerzas se nivelaron a un cuarto de hora para el final del partido por la expulsión del visitante Chema. La igualdad numérica dio algo de aire al equipo de Pellegrini, pero sus ataques se encontraron con un inspirado Jacobo que desbarató las mejores ocasiones de un Villarreal que demostró que sigue sumido en una crisis de juego.