Ir al contenido
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mi querido Héctor

El productor teatral Jesús Cimarro recuerda a Héctor Alterio y su exitosa carrera sobre las tablas interpretando textos de Robert Graves, Ernesto Sábato o José Luis Sampedro

Mi querido Héctor, me piden que escriba unas palabras sobre ti en este día de profunda emoción. Hace apenas unas horas que me ha llamado tu querida Tita para contarme que te has ido y desde entonces estoy viajando de la tristeza por la pérdida del amigo y del artista, a la alegría por haberte tenido, disfrutado y admirado. Es muy difícil condensar en unas cuantas palabras la excelente relación que hemos mantenido durante 22 años y la gran admiración que te he profesado siempre.

Comenzamos a trabajar juntos poniendo en escena Yo Claudio, de Robert Graves, en versión de Alonso de Santos y dirección de José Carlos Plaza, y estrenando en el Teatro Romano de Mérida. Una gran obra para un gran actor en un gran teatro, el mayor teatro de España.

A partir de ahí iniciamos una gran amistad y un estrecho vínculo profesional que nos ha llevado a otros extraordinarios trabajos. El túnel, la adaptación de Diego Curatella de la obra de Ernesto Sábato, dirigido por Daniel Veronese. En el estanque dorado, de Ernest Thompson, adaptada por Emilio Hernández y dirigida por Magüi Mira. Esta función es muy especial para mí porque compartías escenario con la mujer con la que más años llevo pisando escenarios, con la gran Lola Herrera, que hace un rato me decía que has sido el mejor compañero que ha tenido de la escena española. El padre, de Florian Zeller, versión y dirección de Jose Carlos Plaza. También la adaptación teatral de Juan Pablo Heras González de La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro dirigida por Jose Carlos Plaza.

Y montaje a montaje, llegamos a nuestra última colaboración y, tal vez, la que más me ha acercado a ti: Una pequeña historia. Todos nuestros trabajos han sido un viaje hacia la amistad, pero este último ha sido muy especial porque te has puesto en manos de Ángela Bacaicoa, tu amada Tita, y has compartido con el público momentos de tu vida tan importantes como aquel de hace cincuenta años, cuando viniste a España para presentar una película y cuando quisiste volver a tu casa ya no había aviones de regreso para ti. Durante dos años hemos recorrido España, y durante dos años me has insistido en que era muy importante para ti seguir trabajando para seguir viviendo.

Mi querido Héctor, ya no vamos a trabajar juntos, pero me queda, nos queda, tu gran legado humano y profesional, y dejas tu huella en tus hijos, Malena y Ernesto, que sin duda están llamados a ser tan grandes como tú.

Te has ido como viviste, con la máxima discreción y el cariño del público y de la profesión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_