Las peripecias de un retablo del siglo XVI destapan una fuga masiva de arte desde España
La Guardia Civil reconstruye la salida ilegal de 62 piezas propiedad de un matrimonio multimillonario desde Marbella a Italia a bordo de un camión de mudanzas


Había una pequeña escultura de Auguste Rodin, un dibujo a pastel de Amadeo Modigliani, un bodegón de Pieter Brueghel, litografías de Pablo Picasso, muebles de época, tapices, espejos antiguos, lienzos, tablas renacentistas y un valioso retablo de madera policromada del siglo XVI que representa la pasión de Cristo. El empresario alemán con pasaporte suizo Günter Hans Ludwig Kiss y su esposa habían convertido su lujosa villa en la localidad italiana de Lesa (2.400 habitantes), a orillas del lago Maggiore, en un pequeño museo con más de 300 obras de arte. Multimillonario y polémico, Kiss y su mujer fallecieron con pocos días de diferencia en febrero de 2023 y su muerte desató una rocambolesca historia que ha durado dos años y en el que se mezclan una confidencia anónima a los Carabinieri, un camión de mudanzas de Cádiz y una operación conjunta de la Guardia Civil y el Ministerio de Cultura.
El resultado final: la recuperación de 62 obras de arte valoradas inicialmente en más de tres millones de euros que salieron ilegalmente de España en 2021 y que ahora han pasado a formar parte del patrimonio nacional. Sin embargo, la historia aún tiene un epílogo pendiente. La Unidad Central Operativa (UCO) todavía busca tres valiosas obras de la pareja fallecida cuyo rastro se pierde en Alemania, Bélgica y Reino Unido.

La peripecia de todas estas obras se inicia en 2018, cuando Kiss y su esposa, que entonces residían en Marbella, solicitaron al Ministerio de Cultura español permiso para sacar de España varios objetos artísticos (la ley obliga a pedir una autorización si la obra tiene más de 100 años y relevancia artística). Entre ellos había un retablo fechado en 1520 de 1,99 metros de alto y 1,76 de ancho atribuido a un taller de Amberes (Bélgica). En su petición, el matrimonio valoraba la obra en algo más de un millón de euros. La respuesta de Cultura llegó el 27 de diciembre de ese año. Si bien autorizaba la exportación del resto de objetos, en ella negaba el permiso para sacar el retablo, al considerar que era una pieza de la que se conservaban pocos ejemplares en España. La pareja recurrió la decisión, pero Cultura ―que ese año concedió 3.596 permisos de exportación― volvió a rechazar la salida de la obra, cuyo valor, además, rebajó a entre 350.000 y 450.000 euros, menos de la mitad, según confirman fuentes de este ministerio.

Tras la segunda negativa del ministerio, no se volvió a saber nada de aquel retablo hasta la muerte del matrimonio. Al no tener descendencia, una fundación con sede en Liechtenstein se hizo cargo de la gestión de la enorme fortuna ―incluidas sus viviendas en España, Italia y otros países―, acumulada por la pareja gracias a la empresa energética Thermoselect que Kiss había fundado. Sin embargo, una llamada anónima a los Carabinieri daba poco después un vuelco a la situación. En esa comunicación, el informante aseguraba que en la mansión italiana la pareja fallecida ocultaba numerosas obras de arte de origen sospechoso.
Para comprobar la veracidad de la confidencia, agentes del cuerpo policial, junto a dos fiscales, se desplazaron a la vivienda y, con la excusa de un control de armas, recorrieron sus habitaciones. Allí descubrieron un auténtico museo y, entre las numerosas obras, el retablo policromado del siglo XVI. En el registro también hallaron la documentación que apuntaba a que este último había sido exportado sin los permisos pertinentes desde España.
Como todo objeto de arte sacado de manera ilegal pasa a formar parte del patrimonio del país de origen, las autoridades italianas se pusieron en contacto con la Sección de Patrimonio Histórico de la UCO para informarles del hallazgo que, inicialmente, se refería solo al retablo. Se iniciaba así la bautizada como Operación Altarpiece (retablo, en italiano) que ha durado dos años y con la que la Guardia Civil pretendía averiguar cómo había llegado al país transalpino aquel objeto artístico.

Para ello, los agentes acudieron en primer lugar a la vivienda en Marbella donde la pareja fallecida supuestamente había tenido la obra de arte. Según detallan fuentes cercanas a la investigación, el gestor de la propiedad y los empleados que cuidaban la vivienda explicaron que, efectivamente, el retablo había estado allí, pero que tres años después de la negativa de Cultura a su exportación, la pareja había decidido sacarlo junto a casi otro centenar de objetos artísticos sin pedir el obligatorio permiso previo. ¿Cómo? En lugar de contratar una empresa especializada en el transporte de obras de arte, contactaron con una compañía de mudanzas de Cádiz, que fue la que se encargó de llevarlos por carretera desde Málaga hasta Italia en 2021, según confirmaron posteriormente tanto al dueño de la mercantil como el conductor.
Vuelta a España
Mientras rastreaban en otras propiedades inmobiliarias del matrimonio en España ―tenían una finca en Sevilla donde la Guardia Civil tuvo constancia de que había estado antes el retablo―, los agentes remitieron a los Carabinieri fotografías del cerca de centenar de obras que, según los empleados, habían salido junto al retablo de la casa de Marbella. Los agentes italianos confirmaron poco después que buena parte de ellos aún estaban en la villa de Lesa y que otras habían aparecido en galerías de arte de Génova y Milán para ser subastadas e, incluso, en las viviendas de particulares que las habían adquirido sin saber su origen irregular. También comunicaron que tenían constancia de que, al menos, tres habían sido exportadas fuera de Italia. En concreto, dos tablas y un tríptico renacentistas que habían salido hacia Bélgica, Reino Unido y Alemania respectivamente.
En mayo de 2024, una comisión formada por agentes de la UCO y técnicos del Ministerio de Cultura español se desplazaron hasta la finca a orillas del lago Maggiore a hacer un primer peritaje de las obras descubiertas y determinar cuáles habían sido sacadas de España de manera irregular por tener más de un siglo. Se iniciaba así un largo proceso en el que ha participado la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Judicial Penal (Eurojust) y que culminaba el pasado 3 de julio, cuando las autoridades italianas hacían entrega formalmente de 62 obras a los responsables del Gobierno español en la Galería Sabauda, de Turín, donde habían sido depositadas inicialmente.
De ellas, medio centenar permanece aún en aquel país, en concreto en las legaciones diplomáticas de España en Roma y Ciudad de Vaticano. Las doce restantes han llegado ya a territorio español y se han distribuido entre cuatro museos para que sus especialistas hagan una valoración en profundidad de su autoría y valor. En concreto, en el Museo del Prado, el de Antropología, el Reina Sofía ―todos ellos en Madrid― y el Nacional de Escultura de Valladolid, según detallan fuentes de Cultura. En este último museo ha terminado precisamente su particular periplo por Europa el retablo del siglo XVI que ha destapado la masiva fuga de arte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
