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Crítica de cine
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘F1, la película’: vueltas y más vueltas. El guion es una excusa

Se supone que los creadores deben inventarse una historia sobre pilotos, aunque eso sea lo de menos. Aquí no se han esforzado mucho

Brad Pitt, en 'F1, la película'.
Carlos Boyero

El título es pomposo pero también inequívoco: F1: la película. Se supone que lo de la película pretende aclarar que es la muestra suprema y definitiva de todo el cine que se ha rodado sobre las carreras de coches. Estas disponen de un público amplio e imagino que apasionado, que las contempla en directo en los circuitos o a través de la televisión. Y las califica de gran espectáculo. Imagino que lo es, ateniéndonos a los conceptos de cada persona sobre el espectáculo, todos ellos respetables. También cuentan que todo Estados Unidos vibra con el béisbol y con el fútbol americano. Pero no habiendo tenido el placer o la obligación de aprender a conducir, y no entendiendo nada sobre el funcionamiento y las reglas de los deportes que apasionan a todo cristo en ese lugar del universo, me resulta indiferente o fatigoso el cine centrado en esos deportes.

Mi problema radica en mi ignorancia ancestral. Y uno es demasiado mayor para intentar descubrir nuevos placeres. Aunque cada vez sea más asqueroso el negocio del fútbol, también supone una pasión desde la niñez, y es irrenunciable a estas alturas. Sigo yendo a los estadios y viendo las retransmisiones. Frecuentemente con gesto de aburrimiento o de resignación, aunque de vez en cuando te confirme lo muy hermoso y apasionante que este deporte puede ser a veces.

Aclarada mi ignorancia sobre la temática que retrata esta película, no logro apasionarme en ningún momento con la acción, el riesgo, la técnica, el suspense, las sorpresas, la sabiduría, el temple, de esas carreras de coches amenazadas por el desastre físico. Poseer una técnica privilegiada, instinto y control mental no debe de ser suficiente para evitar los temibles accidentes. Pero saber lo que se juegan los pilotos no evita que se me hagan muy largos ciento cincuenta minutos viendo carreras.

Javier Bardem y Brad Pitt, en 'F1: la película'.

Se supone que los creadores también deben inventarse un guion que desarrolle una historia, aunque eso sea lo de menos. Aquí no se han esforzado mucho en alardes imaginativos. El protagonista, con previsible pasado pesaroso, sesentón, retirado durante notable tiempo, con aureola de perdedor honesto, retorna a los circuitos para ayudar a convertir en campeón a un piloto joven.

Lo lían con la ingeniera jefe, aunque este amor no evite que el antiguo perdedor prosiga al final su solitario camino. También muestran la vieja complicidad del protagonista con el dueño de la escudería, sabedor este de la profesionalidad, el honor y la eficacia del que nunca alcanzó la corona. Con algo hay que llenar el guion, pero todo huela a pretexto dramático. Al inútil servicio de bólidos dando virtuosas vueltas todo el rato. Yo acabo con un ligero dolor de cabeza.

La produce Jerry Bruckheimer, señor que siempre ha sabido cómo llenar las salas. Sin embargo, imagino que va a medias con los organizadores y dueños de la Fórmula 1. Solo así se explica las inmensas facilidades, escenarios y apariciones de pilotos reales que inundan la película. Solo necesitaban a un actor tan guapo como seductor, aquí Brad Pitt, para que la jugada no tuviera ningún resquicio.

Ocurría lo mismo cuando Steve McQueen, el señor más cool y atractivo que existió durante décadas, protagonizó Las 24 horas de Le Mans. Imposible desviar la mirada cuando ellos ocupan la pantalla. Y lo hacen todo el rato. Y Javier Bardem está tan contenido como creíble interpretando al tan humano como angustiado dueño de la escudería. El espectador sabe lo que va a ver. Que la disfruten los amantes de las carreras.

F1, la película

Dirección: Joseph Kosinski.

Intérpretes: Brad Pitt, Damson Idris, Javier Bardem, Kerry Condon, Tobias Menzies. 

Género: drama deportivo. EE UU, 2025.

Duración: 155 minutos.

Estreno: 27 de junio.

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Carlos Boyero
Crítico de cine y columnista en EL PAÍS.
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