Huelga al fútbol
Esta huelga unilateral proviene de la ferocidad con el fútbol que ha pretendido intoxicar incluso la paz olímpica

Se ha declarado uno en huelga de fútbol. Y no sé hasta dónde o hasta cuándo va a resistir la disciplina. Le sucedía a aquel irredento partidario de Curro Romero que hastiado de "espantás" vociferó en la Maestranza una memorable amenaza: "El año que viene va a venir a verte tu madre... y yo también".
Esta huelga unilateral no proviene del antimadrisimo, que sería una buena justificación, sino de la ferocidad con el fútbol que ha pretendido intoxicar incluso la paz olímpica, intimidando y cohibiendo esas modalidades subalternas que observamos con insólito apasionamiento en el sofá y que logran sus minutos de gloria cada cuatro años, como le sucede al tenis de mesa, al tiro con arco, al pentatlón moderno.
Llega uno incluso a entusiasmarse con las pruebas de precisión con pistola. Y a comprender el histrionismo de los locutores. Ya sabemos que los verdaderos Juegos transcurren en la piscina y en la pista de atletismo, pero hay un deporte caleidoscópico que nos mantiene insomnes, apurando el veraneo y el patriotismo. O haciéndolo hasta que el fúlbol, como diría Villar, se adjudica también el protagonismo estival, intercalando los torneos veraniegos y las competiciones oficiales. No ha empezado la temporada porque ni siquiera había acabado. La Eurocopa, la Copa de América, el trajín de los fichajes estelares y hasta los avatares de Neymar con la canarinha en Rio colonizan integralmente la temporada, predisponiendo ya el inicio de los torneos ligueros y pretendiendo hacer luz de gas a la antorcha olímpica, cuyas llamas apenas proporcionan calor a los deportistas de la gleba, en su anonimato, su abnegación, en la vocación con que llevan a hombros una canoa o desenfundan un florete.
Decía Gekko en Wall Street que el dinero nunca duerme. Menos aún lo hace el fútbol. La rotación y la traslación del balón nos tienen alienados, no ya víctimas del síndrome de Stendhal en su ambición estética, sino secuestrados en el síndrome de Estocolmo. Así es que el fútbol va a verlo su madre este año. Y yo también.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Así es el Plan Veo para la compra de gafas y lentillas de niños y adolescentes: hasta 100 euros por menor y en ópticas concretas
La policía de Australia presenta 59 cargos contra el sospechoso del atentado en Sídney
Las hipotecas alcanzan su máximo en octubre en 15 años con 52.198 préstamos
Dembélé ganó el The Best con 11 puntos más que Yamal y Paredes no votó a Bonmatí: así fueron las votaciones
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- El rechazo de Francia y las dudas de último minuto de Italia amenazan con descarrilar la firma del acuerdo entre la UE y Mercosur
- Interior nombra jefe de la UCO al coronel Pedro Merino, exintegrante de la unidad y que estuvo destinado en La Zarzuela y Seguridad Nacional
- La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo




























































