Emeli Sandé, 'Our versions of events'

Algo más de cien mil copias despachadas en Inglaterra en una semana vienen a confirmar todo cuanto se había hablado y pronosticado en los últimos meses a modo de previa de la publicación de Our version of events, el debut discográfico de la cantante británica Emeli Sandé: he aquí una nueva estrella del pop británico con posibilidades de oxigenar y aliviar a la sufrida industria del Reino Unido. Pero el contenido estrictamente musical del álbum también llega con un desmentido: ni estamos ante una revisión actualizada de los Massive Attack de Blue lines ni ante la versión negra y urbana de Adele, como en un inicio nos habían hecho creer Heaven y Next to me, dos singles inapelables y complementarios que nos descubrieron a una artista que prometía aportar un soplo de frescura en la esfera mainstream con calado urbano.

Es una pena que ambas piezas, a la que también podríamos sumar la magnífica Daddy, acaben convertidas en espléndidos espejismos dentro de un contexto sonoro menos excitante de lo que se podía augurar. Ni revivalismo actualizado de los noventa ni reformulación callejera del soul-pop de toda la vida; lo que propone Our version of events es una aproximación evidente y muy almibarada a la Beyoncé lenta y romántica de 4, con un exceso de baladas azucaradas, desgarro sobreactuado, melodías evidentes y emoción subrayada. Mountains, Clown, Hope o Suitcase parecen escritas y cantadas en serie, imposible distinguirlas, en todas ellas sobresale el mismo patrón y los mismos problemas. De hecho, la decepción no estriba tanto en que haya optado por una solución comercialmente tan cómoda y conservadora, sino que una señora canción como Heaven, y todo lo que aventuraba, al final haya quedado como una anécdota.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.