'Una palabra tuya', la segunda película de la directora González-Sinde

La soledad y la amistad son las protagonistas de la nueva película de Angeles González-Sinde, Una palabra tuya, que se estrena el viernes. Basada en la novela homónima de Elvira Lindo, la cinta relata el difícil salto a la madurez en dos mujeres que trabajan como barrenderas, encarnadas por Malena Alterio y Esperanza Pedreño. La presidenta de la Academia de Cine- Goya por el guión del filme de Ricardo Franco La buena estrella (1997) y por la dirección de La suerte dormida (2003)- se ha declarado seguidora de Elvira Lindo "por su capacidad para sacar de un tema cotidiano conflictos morales". "La novela me atrapó y me pareció adaptable, que era posible traducirla a otro lenguaje", ha explicado González-Sinde en la presentación del filme, del que es autora del guión.

Una palabra tuya es la historia de Rosario y Milagros, dos viejas amigas de instituto que se reencuentran y que trabajan como barrenderas. Entre ellas, Morsa, el personaje masculino que interpreta Antonio de la Torre. Aunque los actores no dudaron en conocer de cerca el trabajo en un cantón de limpieza de Madrid, "no es una película social, pues retrata el alma de los personajes", ha comentado. Es una película sobre la trayectoria vital de sus personajes y en ella juega un papel "muy importante", según la directora, "la espiritualidad". "Su ausencia en el mundo actual nos lleva a colocar en su hueco otras cosas", ha recalcado González-Sinde.

La realizadora estuvo un año y medio desmenuzando el libro, buscando los escenarios de Madrid y del pueblo de Guadalajara adecuados para el rodaje. Hace tan sólo 12 meses estaba ensayando con los actores en la oficina. "Era mi primera película como protagonista y estaba un poco asustada, pero cuando dije que sí, se me olvidó. El rodaje fue duro, porque todos los rodajes lo son, y éste además tenía muchas escenas de noche", ha relatado Malena Alterio. Milagros ha resultado el más distinto al descrito en la novela. En el filme está interpretado por Esperanza Pedreño, una delgada actriz muy popular por su trabajo televisivo en Camera Café y que, con poca experiencia en cine, ha construido su papel a través de su apego a los objetos.