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Emergencia climática
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Europa se pliega ante la ofensiva fósil de Trump

Retrasar el fin de los motores de combustión y las políticas verdes aumenta la dependencia energética de la UE, el objetivo del movimiento MAGA

Pirulí desde el Cerro del Tio Pio en parque de las Siete Tetas de Madrid

Donald Trump lo dejaba claro en su polémico documento de 33 páginas, la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América. El texto es un resumen del ideario del movimiento MAGA (Make America Great Again) y carga directamente contra Europa. Además, este documento en el que se fijan las actuales prioridades de la Casa Blanca en política exterior contiene un nada sutil apartado titulado “dominio energético”.

El objetivo que se plantea es “restaurar el dominio energético estadounidense” en “petróleo, gas, carbón y [energía] nuclear”, sectores que financiaron generosamente el regreso de Trump a la presidencia. El texto propone “ampliar” las “exportaciones netas de energía” lo que “profundizará las relaciones con los aliados mientras limita la influencia de los adversarios, protege nuestra capacidad para defender nuestras costas y —cuándo y dónde sea necesario—nos permitirá proyectar poder”. Y para que no haya dudas: “Rechazamos las desastrosas ideologías del cambio climático y el Cero Neto, que han dañado tanto a Europa, que amenazan a Estados Unidos y subvencionan a nuestros adversarios”. Es decir, rechazo frontal a las renovables y la movilidad eléctrica.

Esas eran las dos patas más importantes que sustentaban el pionero Pacto Verde de la UE, que nació fruto de la alianza de socialdemócratas, conservadores, liberales y verdes. Aquel acuerdo se firmó en 2019 y en cinco años ha permitido ahorrar a los ciudadanos europeos 59.000 millones de euros en importaciones de gas y carbón solo en el sector eléctrico gracias a la implantación de renovables.

Con los motores de combustión ocurre lo mismo, porque para funcionar queman unos combustibles que Europa no tiene. Revertir o suavizar la hoja de ruta para el fin de las ventas de esos motores a partir de 2035 es debilitar a Europa porque la hace más dependiente del petróleo frente a los mayores productores de este combustible, que son Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia.

El debilitamiento de las políticas climáticas que están aplicando las instituciones europeas tiene un impacto en el calentamiento global, que está principalmente causado por esos combustibles. Pero, además, el plan de Bruselas presentado este martes supone enviar un mensaje erróneo a la industria europea de los automóviles. Entre enero y octubre de este 2025, los vehículos eléctricos representaron más de una cuarta parte de las ventas mundiales de automóviles nuevos, frente a menos del 3% en 2019, recuerda el grupo de expertos en energía Ember en un análisis publicado este martes. A este ritmo: ¿quién querrá comprarse un coche nuevo que no sea eléctrico en 2035?

El gran viraje respecto al Pacto Verde se ha producido en la posición del Partido Popular Europeo, influenciado por las formaciones de ultraderecha, que han incluido entre sus más claros objetivos la demolición de las políticas medioambientales dentro de su guerra cultural. Pero, en verdad, es algo más prosaico, es una guerra económica en la que el sector de los combustibles fósiles alimenta a uno de los bandos. Y coloca a sus generales en lo más alto, por ejemplo, en la Casa Blanca.

Hasta hace un año, Chris Wright era el consejero delegado de Liberty Energy, uno de los gigantes del fracking, la técnica de extracción de gas que ha llevado a EE UU a ser el primer exportador del mundo de este combustible. Desde hace un año es el secretario de Estado de Energía de Trump, el equivalente al ministro de Energía. Hace unas semanas, en un congreso en Atenas, lanzó un mensaje nada sutil a Europa: la transición a las renovables “no ha funcionado” y lo que tiene que hacer la UE es importar más combustibles de EE UU.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.
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