Ninguna casa sin paneles solares
España tiene condiciones para ser líder en energía solar, pero hace falta actualizar la ley de autoconsumo y simplificar los trámites con las distribuidoras eléctricas

El sol tiene un potencial inmenso para transformar nuestra forma de consumir electricidad. Hasta hace poco, necesitábamos tecnologías que nos hacían dependientes de combustibles fósiles importados, pero ahora podemos aprovechar la energía solar, un recurso que en España es rey. El autoconsumo solar, generado a partir de paneles solares, nos permite generar nuestra propia energía. Y no solo de manera individual, sino también compartida, compartiendo energía entre consumidores cercanos, reduciendo la factura de la luz y contribuyendo al medio ambiente.
Imagina que tu bloque de pisos, tu centro comercial o incluso una asociación de barrio pueden unirse para instalar placas solares en algún lugar próximo y aprovechar esa energía juntos, o que una industria puede reducir su factura de la luz, incrementando su competitividad, y compartiendo la energía que no consume con viviendas o comercios vecinos. No solo eso: imagina que durante el apagón hubieras tenido una instalación de autoconsumo solar activada en modo isla, y hubieras podido mantener el suministro eléctrico (al menos para lo imprescindible).
Este modelo, que es todavía mucho más interesante y lógico en nuestro país, con muchas más horas de radiación que el resto de territorios europeos, tiene todavía un gran recorrido. Ahora tenemos la oportunidad de convertirnos en referentes en energía solar distribuida pero, para lograrlo, tenemos que resolver algunos obstáculos.
Una ley de autoconsumo anticuada
Tras unos años de crecimiento, el ritmo actual de instalación de autoconsumo solar está descendiendo. Según los últimos datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), este baja un 17% en el primer trimestre de 2025 respecto a la media trimestral de 2024. A cierre de 2024, contábamos con 8.137 megavatios (MW), de los cuales 1.182 MW se instalaron en ese año.
Si continuamos con esta tendencia, no será posible alcanzar los objetivos marcados en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), que establece la meta de 19.000 MW a 2030. Para poder cumplir el PNIEC, el ritmo de nuevas instalaciones anual a 2030 debería ser, de media y al menos, de 1.810 MW al año.
¿Por qué se está instalando menos autoconsumo del previsto? El primer gran problema es que la normativa que regula el autoconsumo en España se ha quedado desfasada y necesita urgentemente actualizarse a los nuevos tiempos.
La publicación en 2019 de la regulación por la cual se eliminó el impuesto al sol y se regularon las condiciones técnicas y económicas para el autoconsumo supuso un gran impulso, alcanzando un pico de instalación entre 2022-2023. Sin embargo, las necesidades han avanzado muy rápido.
Es necesario avanzar en el desarrollo del autoconsumo colectivo, aquel que se realiza entre varios consumidores, clave para no dejar fuera al 70% de la población que vive en pisos y no pueden instalar placas individualmente.
¿Qué es lo que falta en la normativa? Faltan elementos que agilicen la tramitación del autoconsumo, especialmente del colectivo, como la figura de un gestor que centralice la gestión, facilitar el acceso a la red de estas instalaciones o hacer la tramitación mucho más atractiva. Las propias directivas europeas ya nos lo exigen: nos están pidiendo que facilitemos el derecho a compartir la energía entre personas, algo que nuestra ley actual no permite de forma sencilla.
La buena noticia es que el Ministerio para la Transición Ecológica ya se ha puesto manos a la obra para actualizar esta normativa. A finales del año pasado abrieron una consulta para escuchar a todos los implicados (empresas, asociaciones, etc.). Además, es importante destacar que no es solo una iniciativa del ministerio: desde el Congreso de los Diputados, diversos grupos parlamentarios también han mostrado su apoyo y han impulsado este avance en la normativa de autoconsumo. La idea es que esta nueva ley, mucho más adaptada a la realidad actual y a lo que pide Europa, esté lista antes de que termine 2025.
Esperamos que esto nos dé un empujón enorme para que el autoconsumo compartido sea una realidad al alcance de todas las personas.
Impulso de las distribuidoras eléctricas
El segundo gran desafío lo encontramos en la gestión de los trámites para conectar las instalaciones de autoconsumo a la red eléctrica. Esta tarea recae principalmente en las empresas distribuidoras de electricidad y, en muchas ocasiones, el proceso es lento y complicado. Aunque la ley establece plazos máximos de hasta dos meses para la puesta en marcha de una instalación, la realidad es que muchos proyectos se quedan atascados durante meses e incluso años. Esto genera frustración y desanima a muchas personas que quieren dar el paso hacia la energía solar, y lanza un mensaje equivocado a la sociedad.
Consciente de esta situación, la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) está trabajando para cambiar las cosas. Teniendo en cuenta que la actividad de distribución está regulada, el organismo está revisando cómo se les paga a estas empresas distribuidoras para incluir incentivos por la correcta conexión de nuevos autoconsumos. La idea es que les interese facilitar el proceso, eliminando la burocracia y los retrasos. Si conseguimos que los trámites sean rápidos y sencillos, veremos cómo el autoconsumo solar se dispara en España.
Paneles solares como un electrodoméstico más
Visualicemos el futuro: gracias a estos cambios, la instalación de placas solares será tan sencilla como la de un nuevo microondas o una lavadora. El objetivo es que la energía solar deje de ser un proyecto complejo para convertirse en un electrodoméstico más en cada hogar, fácil de instalar, fácil de usar, que genere grandes ahorros y contribuya al medio ambiente sin complicaciones.
O incluso más allá: que la energía generada por la instalación de autoconsumo se utilice para alimentar nuestra calefacción y aire acondicionado a través de las bombas de calor, que sustituirán a las calderas de gas. En este futuro serán las comunidades energéticas las que permitan aprovechar los recursos renovables del territorio y polígonos podrán cooperar para que varias industrias puedan compartir la energía generada.
En resumen, España tiene todo para ser un líder en energía solar. Solo necesitamos que la ley se ponga al día y que los trámites con las distribuidoras eléctricas se simplifiquen. Resolver estos dos puntos clave no solo nos acercará a un futuro energético más sostenible y sin dependencias, sino que también permitirá que más ciudadanía y empresas puedan beneficiarse directamente de la energía de nuestro sol, reducir la factura de la luz y aportar al cuidado del medio ambiente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.