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Zandra Parisi: “Los apretones de manos y una fotografía no tienen valor en la política de hoy”

La diputada electa, del Partido de la Gente, y hermana del excandidato Franco Parisi, de quien es su mano derecha, critica a la clase política: “Están como los caballos, con una visera que solo les permite ver en una dirección”

Zandra Parisi en Santiago (Chile), el 27 de noviembre.
Maolis Castro

La noche de las elecciones del 16 de noviembre Zandra Parisi (Santiago, 62 años) recibió un aluvión de llamadas y mensajes –más de 3.700–, muchos con solicitudes de entrevistas. Su hermano menor y candidato presidencial, Franco, había sorprendido al obtener el tercer mayor número de votos —casi un 20%— y su colectividad de carácter populista, el Partido de la Gente (PDG), unos 14 escaños en la Cámara de Diputados.

Una de las parlamentarias electas fue Zandra, quien hasta ese día había estado en lo que ella define como las “sombras” de la política. Pero ahora no solo conformará una bancada que se espera sea clave para determinar el rumbo de la agenda legislativa del próximo Gobierno, sino que también es la mano derecha de su hermano que, aunque no pasó a la segunda vuelta del 14 de diciembre, obtuvo 2.552.649 electores que son tratados de captar por los dos polos opuestos aspiran al Palacio de La Moneda: José Antonio Kast, de la derecha radical, y la comunista Jeannette Jara, abanderada de la izquierda.

El excandidato, a quien muchas veces se le escuchó decir “ni facho ni comunacho” –ni fascista ni comunista–, no ha dado su apoyo político a alguna de las dos cartas a La Presidencia, aludiendo a que ninguno ha ofrecido señales de confianza.

Su hermana, quien conversa con EL PAÍS en el barrio El Golf, donde vive, votará nulo o blanco. De modo indirecto hace alusión a los gestos políticos que, recientemente, de parte del expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) al ultraconservador Kast, al recibirlo en su casa y fotografiarse juntos; pero también a la aparición de la expresidenta Michelle Bachellet (2006-2010 y 2014-2018) junto a Jara, en un desayuno. “Los apretones de manos y una fotografía no tienen valor en la política de hoy”, dice la legisladora electa.

Michelle Bachelet y Jeannette Jara este jueves.

Opina que “la clase política, los políticos antiguos, no han querido ver el trabajo de Franco. No han querido verlo. Se ponen una venda sobre los ojos y están como los caballos, con una visera que solo les permite ver en una dirección. Y no son capaces de abrir (su campo visual)”. Zandra Parisi define a los votantes de su hermano, a quien diferencia del PDG por conseguir más votos, por pertenecer al grupo de personas que describe como “los abandonados, los ninguneados, los desilusionados” de la política. “Así nos sentimos los chilenos”, señala.

Es relacionista pública egresada de la universidad Bernardo O’Higgins, aunque antes había estudiado sin concluir bioquímica, psicopedagogía y arsenalería quirúrgica. Está casada con el oftalmólogo Marcelo Ramírez, con quien tiene varias empresas y tres hijos: Matías (33), Fernanda (30) y Sofía (24). A ellos se suman un cuarto, al que le dice su hijo de “corazón”, de 26 años. Admira a sus padres: Zandra Fernández, una costurera, y Antonino Parisi, un militar que tras ser dado de baja médica trabajó como taxista, estudió y se graduó de ingeniero comercial, y llegó a ser subgerente de finanzas de la empresa de telecomunicaciones Entel Chile. Pero también admira a sus abuelos, unos migrantes italianos, oriundos de Milazzo, una localidad en Sicilia.

De la UDI al PDG

De cabellera rubia –casi platinada- y sonriente, la futura parlamentaria no quiere ser encasillada en la derecha, el centro o la izquierda. Si le pregunta por su ideología, ella dice: “Parisi, él es la gente”. Pero militó en la Unión Demócrata Independiente (UDI), un partido de la derecha tradicional al que entró hace 15 años de la mano de la exalcaldesa María Angélica Cristi, quien fue diputada entre 1990 y 2014.

Por esos días, Zandra Parisi era una dama rotaria; es decir, participaba en la organización internacional club Rotary, que agrupa a empresarios y profesionales que se dedican a prestar servicios humanitarios. “Mi pasión siempre ha sido lo social, ayudar, compartir, apoyar a quienes se acercan a ti. Y la UDI en aquel momento tenía esa visión, el querer ayudar, así que me uní”, dice.

Quiso postular a candidata como concejala de La Reina, una comuna acomodada de Santiago, donde ella vivía, en las elecciones municipales de octubre de 2012, y –relata– se acercó a la oficina de Kast, quien entonces era diputado y secretario general de la UDI, para buscar apoyo: “Él me respondió: ‘Yo entiendo, pero quien maneja el distrito [el de La Reina] es la Maqueca [Cristi] y ella ya tiene decidido quiénes van a ir, tiene su equipo y lo quiere cuidar’. Le dije: ‘Pero yo soy de La Reina’. Y me dijo que ahí no se metía. Yo no entendía que así funcionaba la política”.

Le asignaron la candidatura a la comuna de Peñalolén, donde fue vencida por la modelo Carla Ochoa, quien renunció en marzo de 2013. “Con todo ese episodio dije: ‘Esto no es lo que quiero. A mí no me gustan los acuerdos que dependan de si yo tengo una cara en la televisión, reconocida, o soy hija de… o madre de… o tía de… A mí eso no me gusta eso, porque la política tiene que ser por mérito".

Con un cupo del extinto partido Democracia Regional Patagónica, empezó una carrera política en regiones, específicamente en el sur del país, donde infructuosamente compitió como diputada por la isla de Chiloé en las parlamentarias de 2017. Lo que recuerda de esa experiencia es que se fue a vivir un año a Puerto Montt, a 202 kilómetros de Chiloé, y que su estrategia fue tocar puertas de vecinos, recoger sus inquietudes, las que plasmó de vez en cuando en su cuenta de Facebook.

Para esa época, Franco ya era un rostro conocido por aparecer en medios de comunicación y conducir con su hermano Antonino –el segundo de los tres– el programa de televisión “Los Parisi: el poder de la gente” en Chile. Aprovechando su popularidad, el economista se postuló como independiente a la Presidencia en las presidenciales de 2013. Sacó un 10% de los sufragios y, a diferencia de sus dos siguientes candidaturas (2021 y 2025), le dio un espaldarazo a Bachelet, quien finalmente derrotó a Evelyn Matthei, de la derecha tradicional, para ser presidenta de Chile por segunda vez.

Los Parisi conformaron el PDG en diciembre de 2019, una fuerza política que cuando se legalizó, en 2021, llegó a tener el mayor número de militantes en Chile, aunque en 2022 ese lugar lo recuperó el Partido Comunista. Zandra, quien fue una de sus primeras afiliadas, dijo que su colectividad está creciendo aceleradamente en las últimas dos semanas.

“Nos van a dar palmaditas en la espalda”

En su segunda candidatura, Franco hizo campaña presencial en Chile, ocupando un sorpresivo tercer lugar con un 12% de los votos y cuatro parlamentarios que después se separaron de sus filas. “Este PDG, que se instaló en el Parlamento, tiene muy consciente lo que pueden producir las luces, la prensa, de que nos van a sonreír mucho, que nos van a dar palmaditas en la espalda”, explica la diputada electa, quien confía en el liderazgo de su excompañera de lista, Pamela Jiles, que fue una de las legisladoras más votadas.

Apoya la postura de Jiles, legisladora desde 2018, que prometió “hacer la vida imposible” a Kast si resultaba electo, aunque hace la salvedad de que también se habría referido en los mismos términos a Jara. “Estoy completamente de acuerdo si los proyectos de ley que se presenten van en abuso de la gente, yo no voy a estar en ningún lado. Ahí no me van a encontrar. Lo social para nosotros es importantísimo”.

Su discurso es casi un calco del de su hermano —o quizá el de él es un calco del de ella—, centrado en la meritocracia, la indignación popular y el rechazo a las élites políticas. Y no solo coinciden en el relato: también comparten los gestos, algo que ella misma reconoce. “Me dicen que soy Franco con peluca”, bromea.

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Sobre la firma

Maolis Castro
Es periodista de EL PAÍS en Chile desde 2024, antes estuvo en el medio económico Bloomberg Línea. Trabajó para EL PAÍS desde Venezuela entre 2016 y 2019. También estuvo en el portal de periodismo de investigación Armando.info y El Nacional. Ha colaborado para medios como Pulso (Chile), The Wall Street Journal y ABC (España).
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