Dos amigos, una deuda, tres sicarios y el pésame en el funeral: la trama del homicidio del ‘rey del barrio Meiggs’
El empresario gastronómico Wilson Verdugo ha sido imputado por la Fiscalía chilena como el autor intelectual del crimen por encargo de José Felipe Reyes, a quien le adeudaba más de un millón de dólares y lo despidió en el velorio

Cuando Wilson del Carmen Verdugo Díaz (56), dueño de dos restaurantes llamados La Vaquita Sabrosa y al menos tres carnicerías en Santiago, fue detenido este miércoles como el presunto autor intelectual del asesinato de José Felipe Reyes Ossa (43), apodado el rey del barrio Meiggs -cometido el 19 de junio por tres sicarios venezolanos-, en su entorno se sorprendieron. Eran considerados buenos amigos, al punto que poco antes de que la policía chilena lo apresara, Verdugo había estado en el funeral, donde ofreció comida a los familiares y hasta asesoría jurídica a la madre de la víctima. Reyes era un conocido comerciante de Meiggs, un popular sector de la capital de Chile, además de prestamista informal.
En videos que han sido divulgados por la prensa chilena, el empresario gastronómico aparece a un costado de la tumba de Reyes. “Se le veía tranquilo, pero alejado”, dijo una prima del fallecido a La Tercera.
Por esos días, mientras la policía investigaba el crimen, Verdugo realizó varias maniobras, según relató la Fiscalía, entre ellas, una en la que intentó instalar la versión de que el propietario de una productora en Chile, Jorge Tom, un ciudadano colombiano que ha traído artistas internacionales al país, estaba detrás del asesinato. No solo lo acusó con la viuda de Reyes, sino que también esparció su tesis con sus amigos y conocidos. La maniobra se basaba en divulgar que el rey del barrio Meiggs había tenido un quiebre con este productor en 2023 y, según un testimonio relatado por los fiscales, fue porque no le había dejado entrar al camerino del cantante puertorriqueño Elvis Crespo para tomarse una fotografía. Y agregaba que era una grieta que se habría profundizado luego de que el empresario colombiano no fue incluido en un negocio por Reyes.
De hecho, el día que asesinaron al rey de Meiggs, Verdugo llegó hasta la escena del crimen, en la calle Quirihue del municipio de Ñuñoa, en el sector oriente de Santiago, para decirle a la viuda: “¡Aquí fue el Tom [en referencia a un productor artístico]!”.
El homicidio ocurrió cerca del mediodía. Dos jóvenes venezolanos, que luego serían identificados como Alberto Carlos Mejías y Yonder Emilio Blanco, se bajaron de un automóvil modelo Spark, mientras un tercero, Neomar Arismendi Duarte, de la misma nacionalidad, aguardó en el vehículo. Iban con los rostros descubiertos y pistolas en manos para atacar directamente a Reyes y un amigo que le acompañaba. Al primero lo asesinaron a balazos, y al otro lo dejaron ir.
El suceso causó conmoción en Chile, un país donde el crimen organizado trasnacional ha penetrado con fuerza en los últimos cinco años y han emergido delitos como el secuestro, la extorsión y el sicariato. Según la Fiscalía chilena, la muerte de Reyes fue encargada, y hasta ahora hay cuatro personas imputadas por ello: los tres sicarios -uno de ellos, Mejía, fue liberado y huyó de Chile– y el que se cree planificó el asesinato: Verdugo.
El presunto autor intelectual, hoy en prisión preventiva, fue capturado por un equipo del OS.9 de Carabineros la tarde del miércoles. Vestía una parka azul, con blanco y rojo -de una reconocida marca de ropa– y jeans, el mismo atuendo con el que se le vio este jueves en la audiencia en el que fue formalizado en el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, y donde se decidió dejarlo bajo arresto provisional mientras investigan si es culpable de los delitos de homicidio calificado, robo con intimidación y tenencia ilegal de municiones.
Una reunión en un frigorífico
Verdugo tenía una abultada deuda con Reyes: más de un millón de dólares. Nada estaba legalmente validado, todo era un negocio informal, como lo confirmaría la viuda del rey de Meiggs en una declaración a la Fiscalía en el marco de las pesquisas: “Mi pareja financiaba a Wilson y sus negocios, y como contrapartida recibía un pago mensual que cubría los intereses. Con el paso del tiempo el capital adeudado por Wilson era de 1.034 millones de pesos y 82 mil dólares. Esta deuda, al igual que otros préstamos que realizaba mi pareja, lo tenía en respaldo escrito”. Y de acuerdo con los fiscales, agregó: “Mi pareja se dedicaba a prestar dinero a diferentes personas del sector central de la capital, realizando préstamos con interés”.

Todo estaba escrito en forma desprolija en un cuaderno de páginas cuadriculadas que tenía varios nombres, alias y montos en moneda chilena y extranjera. Este fue entregado a las autoridades policiales como evidencia en las investigaciones. Pero antes de eso, la viuda lo revisó y sostuvo un encuentro con Verdugo, en un frigorífico perteneciente al empresario gastronómico en la calle Purísima de Santiago, para llegar a un acuerdo sobre cómo pagaría la deuda de más de un millón de dólares. La respuesta del ahora imputado fue que ya había pagado la mayoría del monto y que solo le restaban 34 millones de pesos chilenos (unos 35 mil dólares) por saldar.
La versión no fue creída por la expareja del rey de Meiggs, que empezó a sospechar del comerciante. O, al menos, eso fue lo que dijo un cuarto involucrado en el crimen, un sujeto venezolano aún no detenido y que habría sido intermediario entre Verdugo y los sicarios. Según el relato de los fiscales Miguel Orellana y Marcelo Vargas, los delincuentes no recibieron el pago completo por el homicidio de Reyes porque su cónyuge sospechaba de su socio, el chileno que había encargado el crimen.
Wilson Verdugo tenía antecedentes policiales por dos giros dolosos de cheques en 1997 y una indagatoria abierta por fraude desde 2023. Según los canales Mega y CNN Chile, también fue denunciado por tráfico de drogas en 2011 y en años posteriores por cheques sin fondos, estafas y falsificación. También mantiene una deuda por más de 1.100 millones de pesos en el sistema financiero formal chileno.
Es un aficionado del hipismo, al punto que un caballo de su propiedad, Racatán, ganó un concurso en 2022. Le gustaba codearse con figuras públicas y del espectáculo, tiene fotos con el actor estadounidense Keanu Reeves y el futbolista Arturo Vidal.

Pero la imagen del empresario que se exhibía con famosos cambió en pocos días. El jueves en la noche, luego de que el juez Iván Olavarrieta decretó prisión preventiva en contra del empresario gastronómico por considerar que la libertad del imputado es “peligrosa para la seguridad de la sociedad”, un grupo de 20 personas -la mayoría mujeres, con pancartas–, gritaba en la entrada del Centro de Justicia en el centro de Santiago: “¡Justicia para Felipe! ¡Wilson, traidor!”.
El “Papi Wilson”
Verdugo había cambiado intermitentemente de teléfono celular días antes del asesinato: introdujo su tarjeta telefónica en varios aparatos en menos de dos meses. Seis teléfonos fueron hallados en su domicilio cuando fue arrestado, y también unos seis cartuchos de balas que tenía pese a no tener porte legal de armas de fuego.
La Fiscalía cree que él le tendió una trampa a su amigo. El día del crimen, Verdugo le dejó a Reyes, que viajaba desde Viña del Mar a Santiago, un sobre con 9 millones de pesos (9.400 dólares) en la conserjería de su edificio, el monto que le solía pagar semanalmente por la millonaria deuda. Hizo la entrega cerca de las 08:15 de la mañana, y llamó al rey de Meiggs unas tres horas después.
El paquete fue recogido al mediodía por el prestamista, que subió a dejar la mayor parte en una caja a su departamento, llamó por WhatsApp a Verdugo para confirmar que había recibido el dinero y luego bajó, con 825.000 pesos (cerca de 860 dólares) en su bolsillo, para ser acribillado sin que sus victimarios le robaran. Según un conocido que dio su testimonio en el marco de la investigación, él se encontraba “bastante nervioso” tras la muerte de Reyes.
Este mismo testigo dijo que habló con Verdugo el día del asesinato: “Lo que más recuerdo es que me abrazó Wilson, me decía: ‘¿Quién habrá hecho esto?’. Lo decía con una actitud fría, sin botar una lágrima por Felipe, siendo que él lo veía como a un papá”.
Tenían una amistad estrecha, al punto de que Reyes le llamaba a Verdugo “Papi Wilson”. Lo invitaba a eventos familiares, en uno de los vídeos divulgados por la prensa se les ve bailar a ambos.
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