El naval ferrolano carga contra la “desidia lamentable” de la Xunta

El enfado de los trabajadores de Navantia en la ría de Ferrol con los gobernantes ha subido de nivel. Las tres horas de reunión la tarde del pasado jueves con el conselleiro de Industria, Francisco Conde, les han dejado más dudas que respuestas y la certeza de que van a reclamar más carga de trabajo a golpe de movilización este otoño.

 “Es lamentable. No prepararon la reunión, no adquirieron ningún compromiso y ni siquiera se molestan ya en intentar engañarnos”, afirmó Ignacio Naveiras, de CC OO, presidente del comité ferrolano. “Es escandaloso”, se queja la CIG, que afea al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, su “negativa tácita” a recibir a los sindicatos después de 15 meses insistiendo.

Al enfado suman la negativa de Bruselas al dique flotante, en la que se escuda el PP y que el PSOE desmiente, y la falta de información sobre el traslado de las competencias industriales de Navantia a Defensa, que no se comunicó a la parte social y que tampoco les aclaró esta semana la Xunta. Lejos de despejarse, el futuro de los dos astilleros públicos de Navantia en Galicia se enturbia por momentos y abre otro frente con el inicio del procedimiento para impugnar el nuevo convenio colectivo, al que se oponen frontalmente los trabajadores ferrolanos y que fue ratificado el martes por cuatro delegados de CC OO, desautorizados por el sindicato, junto a UGT y CSIF.

Mientras, el flotel de Pemex, el único encargo en marcha, camina, según la plantilla, a trompicones en una “desorganización calculada” y entre “distorsiones organizativas” que los sindicatos achacan a la “pésima planificación” de la empresa. Los sindicatos insisten en que no genera más de un centenar de empleos.