De Orriols a orriols
"El barrio vuelve a sentirse abandonado por la Administración e intenta reorganizarse de nuevo"
Hace cuatro años, José Manuel Pérez, expresidente de la Asociación de Vecinos de Orriols, publicó en este diario un brillante análisis titulado De Barona a Orriols en el que repasó la trayectoria de las luchas vecinales del barrio para conseguir la mejora de una situación misérrima que convirtió Barona en “uno de los barrios más degradados de Valencia”, con condiciones de vida “infrahumanas: sin dotaciones públicas educativas, sanitarias, de ocio... sin infraestructuras básicas (asfaltado, desagüe, canalizaciones de agua potable, comunicaciones, luz)”. Para dar curso a las reivindicaciones que exigía la situación, se organizó un grupo de personas “de muy distinta ideología”, allá por los años 70, con el franquismo agonizante pero sin abandonar su tic represor, y asumió “la tarea de luchar contra la represión política y administrativa como única manera de conseguir una vida más digna”.
Gracias a esa organización, Orriols se convirtió en “un espacio vivo, consciente de su fuerza y abierto a la colaboración con otros barrios”. Hoy en día, en un contexto político muy diferente del de los años 60-70 del siglo pasado, y con una situación demográfica enriquecedoramente heterogénea, el barrio de Orriols vuelve a sentirse abandonado por la administración e intenta reorganizarse de nuevo para que se le preste, como mínimo, la misma atención de la que gozan otros barrios en el resto de la ciudad. La iniciativa “Orriols Con-Vive” es tal vez la manifestación más visible del deseo de un barrio por integrar en su lucha todos los mundos que en él conviven, buscando alzar al vecindario en una misma voz a través de la participación de todas las personas y entidades del barrio.
Mustapha M-Lamin es trabajador de la ONG Valencia Acoge y miembro del equipo dinamizador del proyecto Orriols Con-Vive.
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