La crisis hunde el comercio tradicional y refuerza a las grandes superficies

“Esto no es Bosnia, pero hay muchas cosas que arreglar”. Así ha resumido el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky , la situación del comercio en la capital. “Frente a la propaganda del PP de que nos vamos recuperando y esta es la ciudad de alegría”, “la vida en los barrios y la imagen de Madrid se ve perjudicada por la imagen de comercios cerrados”, una situación que, según Lissavetzky, ilustra “el fracaso de la política de liberalización a ultranza” del PP, que gobierna desde 1991.

Lissavetzky ha dirigido un debate sobre comercio y turismo en el que participaron las grandes organizaciones del sector. Apostó por acabar con la libertad total de horarios impuesta por el PP 2012 (volviendo a la apertura solo 22 domingos y festivos al año); y abogó por crear nuevos ejes comerciales en todos los distritos para que Centro no sea el único (y saturado) polo de la ciudad.

El comercio suma el 11,8% de la economía de Madrid. La crisis ha recortado el volumen de negocio minorista (de 13.840 millones en 2008 a 13.070 en 2010). Y ha sido devastadora para el empleo: si en febrero de 2008 el comercio sumaba 14.070 parados registrados, en diciembre de 2013 eran 29.794. Un alza del 112%, frente al 100,5% de media en la ciudad y el 100,9% en el sector servicios.

En opinión de Lissavetzky, la liberalización de horarios ha destruido puestos de trabajo en el comercio minorista que no se han compensado con creación de empleo en las grandes superficies

Según un estudio municipal, la densidad comercial en la capital es inferior a la media regional y nacional. Sin embargo, hay cuatro distritos (el núcleo de la almendra: Centro, Salamanca, Chamartín, Tetuán y Chamberí) que rebasan esas medias; uno de ellos (Centro) duplica la nacional y triplica la regional. Salamanca duplica la regional. Hay otros distritos, periféricos, muy por debajo de la media (Vicálvaro, Hortaleza, Moratalaz, Latina y Fuencarral).

Para evitar esta descompensación, Lissavetzky apuesta por un plan urbanístico de ordenación comercial que asegure “una calle mayor en cada distrito, y que no vaya todo el mundo al centro”. En esa línea se orienta también el Plan General de Ordenación Urbana que el PP aprobará en 2015.

Entre 2006 y 2010, ha cobrado mayor peso relativo en el comercio de Madrid la alimentación (pasando del 44% al 46% del total), y lo han perdido vestido (del 19% al 17%) y calzado (del 14% al 12%).

Dentro de la alimentación, tienen gran peso los establecimientos tradicionales, debido, según el estudio municipal, al avance de las tiendas de conveniencia regentadas por chinos. Eso ha frenado la caída, pero sin neutralizarla.

Así, la cifra de actividades comerciales pasó de 56.279 en 2007 a 48.028 en 2011 (un 14,7% menos); crecieron los hipermercados (de 14 a 19, un 35,7%) y los grandes almacenes (de 13 a 14, un 7,7%); pero cayó el comercio tradicional (de 14.415 a 11.434, un 20,7%), el de hogar (de 8.835 a 7.535, un 14,7%) y el de vestido y calzado (de 8.503 a 7.806, un 9,6%). Los supermercados bajaron de 1.255 a 1.090, un 13,1%.