Los ministros apoyan al PP

Antonio Basagoiti tiene todo el apoyo político que necesite de Mariano Rajoy. La campaña electoral, de hecho, es un reflejo de esta comunión de intereses posiblemente porque ambos se necesitan ante la adversidad. Ambos se verán mañana en un desayuno informativo, en Bilbao, horas antes del encuentro del presidente del Gobierno con el mundo empresarial.

El PP vasco tiene las puertas abiertas en Génova. De entrada, el pasado jueves, Alberto Ruiz Gallardón impulsó a los candidatos populares por Gipuzkoa, ahondando en la química que mantiene con una generación de futuro para el partido que incluye a valores como Borja Sémper y Arantza Quiroga y que el ministro de Justicia renueva cada vez que llega el examen en todo tipo de urnas. Ayer, el titular de Agricultura, Miguel Arias Cañete, llegó a un escenario cómodo para los populares, la Rioja Alavesa.

En compañía de la cúpula del PP en Euskadi, Cañete puso su acento en criticar al PSE-EE, consciente de que ambos partidos navegan por el mismo espacio que resiste al avance de los nacionalistas. Bajo ese guión, el ministro considera “inexplicable” que los socialistas “que deberían tener una vocación nacional”, no sean, advirtió, “una barrera frente al independentismo y el separatismo”. Por ello, considera que el PP es el “único partido” que puede “frenar el independentismo” precisamente cuando se han abierto, reconoció, “frentes independentistas en demasiadas partes”. Alfonso Alonso, que acompañó al ministro en el acto electoral junto a Antonio Basagoiti, secundó esta tesis antes de proclamar que el PP “no va a permitir rupturas y separaciones”.

Los populares vascos no pueden saltar a otro tipo de discursos porque les llevaría a hablar de economía y es ahí donde saben que existe un malestar por los recortes de Rajoy. Eso sí, no van a rehuir el debate porque tienen preparada la respuesta. En el discurso de réplica, el PP admitirá la indignación social, pero recordará que es una decisión obligada en base a la herencia recibida del PSOE y sirve para encarrilar un futuro a corto plazo donde, creen, la economía interna recuperará su capacidad productiva. Mientras, Basagoiti seguirá implacable con la propuesta escondida de Urkullu en materia soberanista, que considera “una barbaridad y disparate” y que sólo sirve, dice, para “cargarse de un plumazo el prestigio de los vascos”.