Condenado un exdirigente de COAG por quedarse con 100.000 euros de ayudas

El exsecretario de COAG Granada Emilio Rodríguez ha sido condenado a 18 meses de cárcel por quedarse con más de 100.000 euros de subvenciones de la Junta de Andalucía. Se apropió indebidamente de ese dinero que procedía del Fondo Andaluz de Garantía Agraria y que empleó en gastos particulares. Ahora tendrá que devolver ese dinero a la Administración y hacer frente a una multa de 900 euros.

La sentencia considera probado que desde 2002 a 2005 Coag Granada recibió  dinero de la Administración autonómica

Así lo establece el juez de lo Penal 1 de Motril en una sentencia dictada de conformidad con las partes y en la que se condena a Emilio Rodríguez por un delito continuado de falsedad en documento oficial y otro de apropiación indebida. Asimismo se condena a un agricultor que actuaba en connivencia con él, A.M.G.N., por un delito continuado de falsedad en documento mercantil a 12 meses de prisión y 900 euros de multa.

La sentencia, que adelanta hoy el diario ‘Ideal’, considera probado que desde 2002 a 2005 Coag Granada recibió una cantidad de dinero de la Administración autonómica destinada a ayudas para la realización de diversas actividades como cursos de formación, proyectos, programas, etc.

El entonces secretario provincial de la organización, “guiado por el ánimo de enriquecimiento ilícito”, destinó parte de esas cantidades al abono de gastos particulares. Entre esos gastos figuran seguros, reparaciones de vehículo, multas de tráfico, pagos de seguir de vida y salud, así como su seguro agrícola y el de su esposa. Incluso, la instalación de un aparto de aire acondicionado en su domicilio particular.

Otra parte del dinero de las ayudas la incorporó a su patrimonio como sueldo a través de 14 pagas de 2.225 euros cada una. La cuestión es que el cargo era honorífico y no le correspondía sueldo. Para conseguir su propósito presentaba documentos falsos con cantidades más elevadas de las luego pagaba a profesores para impartir cursos y se quedaba con la diferencia y otras veces se inventaba facturas en connivencia con el empresario de material que realmente no adquiría.