La directora del teatro público califica su despido de "ataque a la libertad"

La directora hasta hoy del teatro institucional, Blanca Cendán, entró por la mañana en Industrias Culturais para hablar de cuentas y salió con una carta de despido en la mano. Se la entregó Juan Carlos Fasero, el responsable de Industrias Culturais. Cuando Cendán le pidió explicaciones, este le dijo que no se podían ceder las instalaciones del Salón Teatro de Compostela para "un acto reivindicativo". El acto en cuestión es el Día Mundial del Teatro, el día 27, que ahora la profesión festejará con nuevos contenidos. Para Cendán, "si a la directora del CDG la despiden por ceder el teatro a la gente del teatro, el despido parece improcedente". El hecho en sí le parece "un ataque a la libertad". Cultura se remite de momento a una escueta nota de prensa, cuyo anuncio promete "una nueva dirección para promover las artes escénicas".

La destitución se produce apenas quince días después de presentar la programación del teatro público para este año. La directora del Centro Dramático Galego había sido elegida por concurso público en 2010. Cendán entró en el teatro institucional con el plan escénico del bipartito convertido en papel mojado y la producción propia en cuarentena. La situación no mejoró en los años siguientes por falta de medios, pese a producciones arriesgadas como la Salomé dirigida por Carlos Santiago o el musical A ópera dos tres reás, con Luis Tosar como reclamo.

“Es un milagro que estemos vivos”, señaló a este periódico a finales de febrero. “Jamás estuvo el teatro público sin producción propia hasta que llegó este Gobierno”, criticó entonces el presidente de la Asociación de Actores, Antonio Durán Morris, en referencia al año transcurrido entre la destitución de Cristina Domínguez y la elección de Cendán al frente del CDG.

La programación de este año, en teoría cerrada, fue comunicada recientemente. “As furias”, del dramaturgo estadounidense Neil Labute, bajo dirección de Andrés Lima (Animalario), no pudo presentarse antes. Hasta bien entrado el año, nadie en el teatro público sabía de cuánto presupuesto dispondrían en 2012.