Paralizado un nuevo desahucio en Barcelona
CataluñaCaixa reclama al ecuatoriano Jaime Abelardo Cadena, en paro, 170.000 euros


Paralizado gracias a la presión popular. La historia se ha repetido de nuevo esta mañana. La de un desahucio tipo en Barcelona. Ha sido en Ciutat Meridiana, para más señas. Un barrio del cinturón creado para albergar las oleadas migratorias de las décadas de 1960 y 1970. A partir de 2000 comenzó a recibir a nuevos inmigrantes: en esta ocasión del otro lado del Atlántico. Jaime Abelardo Cadena es uno de ellos. Ecuatoriano. 45 años. Llegó hace 10 año, trabajó en la construcción y en 2006 se compró un piso: 255.000 euros por unos bajos de 76 metros cuadrados. Una barbaridad exponente de la burbuja inmobiliaria en su momento de máximo esplendor. Comenzó pagando 900 euros de cuota; dos años después ya eran 1.400 euros. "En el banco nadie nos dijo que había una cosa que se llamaba euribor", lamenta. En 2009, como tantos otros empleados de la construcción, perdió el trabajo, se le agotó el subsidio del paro y hace un año y medio dejó de pagar. CatalunyaCaixa le reclama 170.000 euros. No ha habido manera de mediar con la entidad.
Con cuatro hijo con edades comprendidas entre 22 y 15 años y un nieto de tres, Jaime aguardaba esta mañana a la comisión judicial que intentará desahuciarle por segunda vez. Sentado en el sofá del humilde piso contaba su historia mientras la televisión, encendida, mostraba imágenes del duque de Palma, Iñaki Urdangarín, y sus presuntas irregularidades. En la calle, el colchón de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), una cincuentena de personas que pretendía evitar el desahucio y lo ha conseguido. De ello también han sido testimonio dos equipos de televisiones internacionales, una de ellas la pública de Corea, y el corresponsal en España de The Times.
“Cuando dejé Ecuador hace 10 años no estaba mal, me viene a Europa para mejorar y dar un futuro mejor a mis hijos, nunca pensé que acabaría en la ruina, en la calle y sin un piso que no voy a pagar en la vida”. El relato de Jaime es el de tantos y tantos afectados por los desahucios, 16.500 durante el segundo trimestre, según datos del Consejo General del Poder Judicial.
Montse Hernando, de la PAH recordaba durante la concentración que hace menos de un mes el pleno del ayuntamiento declaró Barcelona ciudad libre de desahucios y aseguraba que han hecho todo lo posible para evitar el segundo intento de echar a Jaime de su casa: “servicios sociales, oficina de la vivienda y ayuntamiento”. Muy emocionado y con la camiseta verde que caracteriza al movimiento Stop desahucios, Jaime salió a la calle para agradecer su apoyo a los concentrados y pidió "a la administración y a los bancos que se den cuenta de que si la gente no puede pagar no es porque no quiere". "No es que no queramos, es que no podemos porque estamos en paro", exclamó con lágrimas en los ojos. Su caso es el que suma 109 que la PAH logra paralizar.
En 2007, en plena burbuja inmobiliaria, los pisos de Ciutat Meridiana alcanzaron precios desorbitados como el que pagó Jaime. Costaban entre 200.000 y 250.000 euros y las inmobiliarias y entidades daban los préstamos sin siquiera pedir aval. A él no se lo pidieron, celebraba ayer, porque "sino el drama sería peor y ahora estaría pringando a algún amigo o familiar". Pegado a Torre Baró, Ciutat Meridiana es el barrio más al norte de Barcelona y se urbanizó durante el desarrollismo. Una zona de orografía imposible donde se levantaron decenas de torres de pisos sin siquiera asfalto entre ellos. Cuentan que los terrenos donde se asienta el barrio habían sido descartados para construir el cementerio de Collserola: eran demasiado empinados y húmedos. Llegó el desarrollismo y donde unos no habían querido poner muertos pusieron personas.
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