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CRÍTICA
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Foot’: Fútbol en la luna de Gaza

La sala alternativa Nave 73 estrena un soliloquio poético, irónico y escéptico pero esperanzado donde Ismail Khalidi, autor de origen palestino, habla de la importancia simbólica que tiene el fútbol para un país troceado y ocupado

Nourdin Batan en 'Foot', de Ismail Khalidi.
Javier Vallejo

¿Es posible escribir poesía después de Gaza? ¿Pueden los escenarios darle la espalda a la aniquilación de un pueblo, transmitida en directo a través de los teléfonos móviles de muchos parientes y convecinos de las víctimas? Pueden los teatros mirar para donde prefieran, pero siempre habrá quien alce su voz, como hace Samy Jalil, director de este soliloquio claro, conciso, certero, escrito por Ismail Khalidi, libanés de padres palestinos, criado en Chicago. Foot (Pie), que se representa en Nave 73, sala alternativa madrileña, es una alegoría de la juventud palestina puesta en pie, que cada amanecer da gracias por disponer de un nuevo día de vida.

El protagonista de Foot habla de la adversidad de manera vitalista, con la energía positiva formidable que transmite Nourdin Batan, su intérprete, de 24 años. A Batan, español hijo de marroquíes, lo hemos visto recientemente como uno de los repartidores de Los de ahí, función dirigida por Claudio Tolcachir en el Centro Dramático Nacional. En la obra de Khalidi, su personaje es un joven futbolista anónimo, que se dirige al público para compartir algunas reflexiones y puntos de vista sobre la deshumanización sistemática, la arbitrariedad y el régimen de apartheid a los que se ve sometida la población palestina. Por algo es la República de Sudáfrica, que sufrió la segregación de su población negra desde 1948 hasta 1994, el país que abrió en 2023 en la Corte Internacionalde Justicia un proceso contra el Estado de Israel por delito de genocidio en la franja de Gaza, proceso que luego ha sido apoyado por cerca de una cuarentena de estados, España entre ellos.

Con una presencia escénica y una organicidad formidables, sin un ápice de la seudonaturalidad ni de la suficiencia que tan a menudo afectan a los relatores en primera persona en el teatro contemporáneo, Batan pasa revista a la breve historia del fútbol palestino, cuya federación no fue reconocida por la FIFA hasta 1998. La selección nacional de Palestina ha tenido una trayectoria exitosa, más teniendo en cuenta que Israel le ha impedido jugar partidos en casa (han tenido que utilizar de prestados campos de fútbol de Jordania y Catar) y que muchos de sus jugadores sufrieron prisión o algo peor. El prometedor central Tariq al Quto, al que se menciona en la obra, pero también otros jugadores de la selección nacional, murieron por disparos de las Fuerzas de Defensa de Israel. A la vuelta de un partido en Doha (Catar) contra Uzbekistán, Ziad Al-Kord, el segundo máximo goleador del conjunto nacional, se encontró con que su casa fue demolida mientras jugaba.

Nourdin Batan no ofrece demasiados datos, sino que los sobrevuela con un relato poético, irónico, sarcástico a veces, escéptico pero esperanzado

También es conocida la peripecia de Jawhar Nasser Jawhar, de 19 años, y de Adam Abd al-Raouf, de 17, que recibieron doce balazos en los pies al ir a pasar un puesto de control en dirección a Cisjordania. Enseguida, se les echaron encima los perros de los militares y además fueron golpeados por estos. Batan no ofrece tantos datos, sino que los sobrevuela con un relato poético, irónico, sarcástico a veces, escéptico pero esperanzado. Hay una identificación formidable entre el atlético actor, que no parece sino palestino, y su personaje. Más que narrar los acontecimientos, los alude, los roza y los sobrepasa como una línea tangente roza y sobrepasa un círculo, el balón reglamentario que el personaje utiliza.

No es Foot un monólogo río como los de Dario Fo ni como los de El Brujo, aunque en dos momentos nos trae el recuerdo del premio Nobel italiano encarnando a un Jesucristo niño, al que sus compañeros hebreos tildan de “palestino”, durante su formidable unipersonal Misterio Buffo. Uno de esos dos momentos en los que entrevemos a Fo, es cuando el futbolista médium (podríamos llamarle así, por lo muy presentes que están sus muertos) evoca las concentraciones de la selección Palestina de Fútbol, donde jugadores procedentes de Nueva York, Chile, Líbano y de varios países europeos y asiáticos, desconocedores de la lengua árabe, se entienden entre sí en silencio o mezclando lenguas, a la manera en que le encantaba hacerlo a Fo en sus relatos a pelo, en el espacio vacío.

Khalidi también pone el acento en la corrupción de ciertos líderes palestinos vivos: los buenos están muertos o en la cárcel, nos dice. Foot, estrenada en Estados Unidos, Irlanda y Chile, forma parte de un conjunto de obras sobre la cuestión palestina, entre las que figuran Tenis en Nablús, Truth Serum Blues, La caída de Sabra (sobre el martirio de los refugiados en los campos de Sabra y Chatila) y Regreso a Haifa. Samy Jalil, actor que ha formado parte de LaJoven y que ya ha interpretado tres fuenteovejunas, es el motor de esta puesta en escena, de la que es director debutante y productor. LaJoven ha puesto a su disposición el local de ensayos, mientras que la Casa Árabe de Madrid y un par de centros cívicos de Getafe le han servido para hacer un poco de rodaje.

Entre el teatro documento, el drama poético y el agit prop, Foot es una píldora teatral, breve como un disparo, rápida como un vídeo de los que hacen in situ los adolescentes palestinos desde Gaza, donde no entran alimentos ni intendencia alguna desde primeros de marzo. Sus 36 o 37 minutos de duración quedan por debajo de la estandarizada en los espectáculos teatrales, pero lo bueno si breve… Escribe Juan Mayorga que “la memoria de la Shoah es nuestra mejor arma en la resistencia contra viejas y nuevas formas de humillación del hombre por el hombre, y el teatro no puede quedar al margen de ese combate”. Esa observación suya es tanto o más válida tratándose de acontecimientos que están teniendo lugar ahora, como el proceso de eliminación o desplazamiento a la fuerza de la población gazatí. Hace tres semanas el Teatro Nacional de Catalunya ha celebrado el ciclo Barcelona Calling Palestina. Hay otras iniciativas en curso: ojalá haya más.

Foot

Texto: Ismail Khalidi. Dirección: Samy Khalil.

Reparto: Nourdin Batan.

Nave 73. Madrid. Viernes y sábados de mayo.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.
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